chatarra
Lunes 18 de diciembre de 2017, p. 11
En los supermercados se vende una gran variedad de productos de maíz: tostadas, totopos, sopes, tlacoyos, tortillas, chilaquiles y botanas, productos hechos en su mayor parte con grano que proviene de Estados Unidos, el cual es transgénico y se produce para consumo animal, además de que carece de los nutrientes y fibra que contiene el maíz mexicano.
En Estados Unidos tienen mucho maíz, es chatarra que no nos sirve; el maíz mexicano no sólo alimenta sino que cura
, dicen las mujeres productoras, apuntó Elena Álvarez Buylla, quien junto con Emmanuel González y Alma Piñeyro realizaron el estudio Presencia masiva de transgenes y del herbicida glifosato en alimentos derivados de maíz en México.
El estudio de los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana reportó la presencia de las secuencias transgénicas y del glifosato en alimentos elaborados con maíz que se comercializa y consume en el país.
El estudio destaca que de 367 muestras analizadas 82 por ciento contenía por lo menos un transgen; de las tortillas analizadas, 90.4 por ciento contenía secuencias transgénicas.
El texto señala que en promedio los mexicanos consumen medio kilógramo de maíz al día y representa una proporción muy alta de la ingesta calórica y proteica de la población, pues se trata del alimento básico de la gente.
En promedio cada año se importan 10 millones de toneladas de maíz, la mayoría de Estados Unidos, el cual es prácticamente un producto transgénico. Hay un gran negocio en hacer productos que comemos los mexicanos, se hace negocio con este maíz botarga, superbarato, con corporativos mexicanos que lo transforman en alimento, lo cual implica un gran negocio a costa de la salud. Hay una valorización de lo que ya no vale nada cuando se le convierte en una tostadita aparentemente sana
, explicó Álvarez Buylla.
Esto puede ocasionar alteraciones metabólicas, viene con glifosato, que es una sustancia que se usa masivamente en los maíces tolerantes a este herbicida y es altamente tóxico. Entran a la planta del maíz, pueden llegar al grano y así a los alimentos, detalló.
Lo que dicen los defensores de transgénicos es que son maíces aprobados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), pero esto debe revisarse porque nunca se hicieron estudios que demuestren la inocuidad de estos alimentos.
Dicen que nadie se ha muerto por comer una tortilla transgénica, nadie se ha muerto por fumar un cigarro, esto llevó años demostrarlo y, mientras, las tabacaleras hicieron un gran negocio.
México es el centro de origen y diversidad del maíz y las comunidades campesinas han generado y mantenido, desde hace muchas generaciones, miles de variedades nativas que producen este cereal con elevada calidad nutricional, explica el reporte científico.
Aproximadamente la mitad del territorio arable nacional se siembra con maíz, con un volumen de producción de más de 26 millones de toneladas en el periodo 2016-2017. ‘‘México tiene potencial para ser autosuficiente y soberano en la producción del alimento básico. Los resultados de este estudio son muy preocupantes por los posibles impactos en salud resultantes del consumo masivo de alimentos con glifosato que han sido elaborados con maíz transgénico tolerante a este herbicida”.