El titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseveró que en 2012 el presidente Peña Nieto recibió un país agraviado por la violencia, de ahí que la estrategia para hacer frente a este problema fue de Estado, con más inteligencia que fuerza, y no la aplicación de ocurrencias o falsas soluciones.

“En 2012, el Presidente de la República recibió un país agraviado por una violencia creciente y por un fenómeno criminal que ganaba terreno con rapidez.

La dimensión del problema exigía una profunda responsabilidad y visión de Estado, no admitía soluciones mágicas ni simplistas, advirtió durante la 43 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública.

El secretario admitió, sin embargo, que es necesario reconocer lo que no ha dado resultado y calificó la situación actual como apremiante.

Durante el actual sexenio, la incidencia delictiva ha llegado a niveles sin precedente. Tan sólo en homicidio doloso, en octubre pasado fueron denunciados 2 mil 371 casos y, con los datos de noviembre, que serán dado a conocer este viernes, 2017 se afianzará como el año más violento en las dos décadas recientes.

Osorio Chong no se refirió a estos picos estadísticos. Sólo mencionó que en estos cinco años transcurridos de la gestión de Peña Nieto se han concretado políticas de carácter estratégico para fortalecer las capacidades del Estado mexicano.

Hizo un recuento de algunas medidas para combatir la inseguridad, pero fue enfático en que la problemática no inició en 2012.

“Hace poco más de una década, la inseguridad se convirtió en uno de los mayores flagelos para el país.

El fin del siglo pasado marcó el agotamiento de un modelo de seguridad reactivo que se había diseñado para agotar a una delincuencia poco sofisticada y que no era vista como amenaza para la tranquilidad de los ciudadanos, dijo ante 24 gobernadores que asistieron a la sesión semestral de esta máxima instancia de decisión de políticas públicas en la materia.

Antes del inicio de esta administración, dijo, la delincuencia mutó, desarrolló capacidades para crear otros mercados ilícitos, afectar y lucrar con comunidades y familias y retar a instancias de seguridad.

Esta ecuación, agregó Osorio Chong frente al presidente Peña, produjo condiciones favorables para la expansión de la inseguridad.

En ese momento del discurso subrayó que el mandatario recibió un país agraviado por una violencia creciente, en el contexto de policías locales debilitadas que hicieron necesario la acción de las fuerzas armadas, así como el énfasis en la prevención del delito.

En el salón Tesorería de Palacio Nacional, el secretario presentó distintas propuestas para combatir el trasiego de armas y un protocolo para que todos los homicidios de mujeres sean investigados bajo la presunción que son feminicidios.

Citó la creación de la Gendarmería, del teléfono de emergencias 911, del paquete de medidas contra la violencia de género, el combate a la disponibilidad de armas de fuego y a la creación de centros regionales de inteligencia, entre muchas otras.

Anunció que en los próximos días se publicarán los diagnósticos de la situación de las policías estatales, en el contexto de la nueva normatividad en materia de seguridad interior.

La labor de las fuerzas armadas, subrayó, debe ser vista como una oportunidad “por definición temporal para que los estados aceleren y concluyan la construcción de policías sólidas y confiables.

Hoy, los mexicanos pueden estar seguros de que en el Gobierno de la República se han dado pasos en la ruta del fortalecimiento institucional, que es la única ruta hacia la construcción de un México más seguro.