Triple discriminación
Magdalena García Durán, mazahua que junto a decenas de compañeras se gana la vida desde hace más de 40 años ofreciendo sus artesanías en las inmediaciones del Zócalo capitalino, policías le rompieron sus servilletas bordadas a mano el pasado 22 de diciembre. La despojaron también de su lugar de trabajo frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, le destruyeron un celular a un niño y la maltrataron verbalmente. A ellas y a ellos, los indígenas que ofrecen sus productos en las calles, les dicen toreros
, pero ella rechaza el apelativo. Somos trabajadores que tenemos derecho. Ningún torero
, dice.
Magdalena vive la triple discriminación de ser mujer, indígena y pobre. En 1968, siendo una niña, llegó junto con sus padres y abuelos a ganarse la vida en una ciudad racista que hoy se vende al mejor postor. Hasta debajo de los puentes se ha privatizado el espacio. Los indígenas se consideran invasores y delincuentes, mientras los empresarios que pueden pagar el metro cuadrado se apoderan de la ciudad.
Gobiernos vienen y gobiernos van y todos nos desprecian, no respetan nuestro trabajo como artesanas que somos y sólo se burlan de nosotras
, acusa Magdalena, quien exige respuestas y diálogo con un gobierno capitalino que ha ofrecido plazas y lugares de trabajo dignos, pero no ha dado nada. Una vez hasta papeles nos pidieron, recibos y gafetes de nuestra organización, para acomodarnos en una plaza, pero sólo se burlaron y nuevamente fuimos engañados
, lamenta.
A mediados de diciembre nuevamente los volvieron a mover y, explica, nos llevaron a un costado de la Alameda Central donde quitaron a unos para poner a otros
. No se vale, insiste, pues de cualquier manera todos los días llega la policía y corretea a los comerciantes como si fueran rateros. Parece la aduana y que nosotros somos extranjeros en nuestro propio país. Así nos tratan
.
Desde 1940 las oleadas de mazahuas llegaron al entonces Distrito Federal a ganarse a la vida, expulsados del campo. Las Marías
, las nombraron de forma despectiva. Y luego el personaje de la India María
reforzó la burla contra ellas. Estamos cansadas de tanta humillación. Ya no pedimos, sino exigimos respeto
, dice Magdalena, enfundada en su traje rosa mexicano, un traje tradicional que recuperó luego de que lo había perdido por el racismo y las burlas de las que era objeto.
Los pueblos indígenas radicados en México, mazahuas, otomís, nahuas y triquis, entre otros, estamos cansados de correr
, dice Magda. Y recuerda cuando antes hasta las trenzas les cortaba la policía, le rociaban la mercancía con petróleo, les arrebataban a sus bebés y las detenían hasta por 15 días. Magdalena García es integrante del Concejo Indígena de Gobierno. Y no se piensa dejar.