Bettina Cruz
ettina Cruz, defensora del territorio en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, nuevamente está amenazada. Personas fuertemente armadas merodean su domicilio, por lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó a México proteger de forma inmediata la vida e integridad personal de Bettina y su familia.
Integrante fundadora de la Asamblea de Pueblos Indígenas el Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, Bettina, indígena binizza, ha sido perseguida, encarcelada y hostigada por su lucha en contra de los parques eólicos que, además de despojarlos del territorio, devastan el medio ambiente de la región.
En 2015, la CIDH recibió testimonios de diversas agresiones contra defensoras de derechos humanos, desde asesinatos y amenazas que incluyeron a sus familiares, hasta seguimientos y señalamientos gubernamentales tendientes a desprestigiarlas. En un contexto de violencia y despojo generalizado en el país, destacan los ataques específicos contra quienes defienden los derechos de los pueblos indígenas, como Bettina, quien a su vez es originaria del Istmo.
Integrante del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), Bettina ha acompañado en diferentes momentos a María de Jesús Patricio, su vocera, y en febrero recorrerá con ella e integrantes del CIG los lugares más significativos de la resistencia. También por eso debe contar con medidas cautelares que garanticen su integridad, pues su trabajo organizativo no se detendrá.
Cada vez que presentamos un recurso nacional o internacional nuestra vida y la de nuestras comunidades corre peligro. Y lo que se torna inaceptable es que a pesar de contar en distintos momentos con decisiones claras sobre el riesgo social y ambiental del proyecto y la violación al derecho a la consulta a nuestras comunidades por el Banco Interamericano de Desarrollo, cortes locales, expertos internacionales y estar el caso pendiente a la Corte Suprema, el gobierno y las empresas siguen desarrollándolo sin vergüenza
, advirtió la defensora.
Los parques eólicos son una de las amenazas más graves contra los pueblos de Istmo. Se imponen con el discurso del progreso, el empleo y el desarrollo de la llamada energía verde, pero para los istmeños han significado despojo, impactos negativos en la vida cotidiana, en la cultura, la economía y la vida social. Desde que llegaron, el ambiente se ha modificado, al igual que las relaciones comunitarias. Divisionismo y tensiones llegan con cada nuevo aerogenerador cuyas aspas lo devoran todo. Por eso la Asamblea de Pueblos los rechaza y por eso lograron recientemente que la SCJN aceptara atraer el caso del proyecto Eólicas del Sur, pues no hubo consulta previa e informada para su aprobación.
Hoy se trata de defender el Istmo. Y a Bettina.