n el sexenio del empleo y la recuperación salarial (EPN dixit) parece que no todos están de acuerdo con tales eslogans de la propaganda oficial. De hecho, la mayoría está totalmente en desacuerdo con tales medallas virtuales, y subraya que el ingreso no le alcanza para nada.

Lo anterior se desprende de la más reciente encuesta temática (Empleo y salario mínimo) del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, de la que se toman los siguientes resultados.

Del total de los encuestados, actualmente 45 por ciento tiene trabajo, 18.1 se dedica al hogar, 14.6 es jubilado o pensionado, 14.2 está desempleado, 5.8 es estudiante y 2.3 no respondió. Del 45 por ciento que trabaja, 19.9 lo hace en una empresa privada, 16.6 trabaja por su cuenta, 8.2, en el gobierno, y 0.1, lo hace en una ONG.

Del porcentaje que actualmente trabaja, 18.3 por ciento lo hace en jornadas de 8 horas; 6.4 labora 10 horas al día; 4.9, 12 horas; 4.1, 9 horas; 7.9, entre una y 7 horas, y 2.4, 13 horas o más. De este 45 por ciento de la población económicamente activa, 23.1 por ciento cree que será fácil mantener su trabajo en 2018; 14.4 lo ve difícil; 1.9%, que no será fácil ni difícil, y 0.7 no contesta. Igualmente, con base en la misma muestra que trabaja, 21.8 por ciento considera que se respetan los derechos laborales en su lugar de trabajo, 10.2 opina que se respetan algo, 6.9 que es poco el respeto a sus derechos, 4.7 no cree que se respeten en absoluto y 1.4 no responde la pregunta.

De 45 por ciento que manifiesta trabajar, solo 19.9 por ciento cuenta con prestaciones de ley, 16.2 no cuenta con ninguna prestación, 6.1 tiene prestaciones superiores a las de la ley y 2.6 tiene algunas prestaciones, pero está contratado por honorarios. La opinión del 45 por ciento que actualmente trabaja, destaca que a 40.6 le gusta su trabajo, a 2.4 no le gusta su trabajo y 1.7 manifiesta que es algo temporal hasta encontrar algo mejor.

El 25.7 por ciento de los encuestados sabe que el salario mínimo oscila entre los 80 y 81 pesos; 25.2 declara que está en un rango de entre 82 y 90 pesos; 7.2, entre 70 y 79 pesos; 3.4, en menos de 60 pesos; 2.6 afirma que entre 90 y 100 pesos; 1.9 lo ubica en un rango mayor a 100 pesos, y 34 por ciento desconoce el monto del salario mínimo.

A los encuestados se les especificó que a partir del primero de diciembre de 2017 el salario mínimo general fue unificado en todo el país a 88.36 pesos. Con base en lo anterior, 61.7 por ciento declara que en su hogar se gana más de 88.36 pesos diarios; 16.8, que los ingresos en su casa son menores al salario mínimo; 8.1 afirma que esa es la cantidad que percibe, y 13.4 no responde.

Al preguntar a los encuestados sobre qué podían comprar con 88.36 pesos diarios, entre las respuestas más recurrentes se encuentra: 38 por ciento responde que no alcanza para nada; 26.1, que únicamente algunos artículos de la canasta básica; 7.7, que sólo para hacer una comida al día; 6.8, que sólo alcanza para gastos relativos a la alimentación; 5.7, que es insuficiente para comer; 4.1, que alcanzaría únicamente para el transporte, y 3 por ciento, que alcanza para comprar la canasta básica.

A 70.1 por ciento de los encuestados le parece insuficiente o no le alcanza el salario o ingreso que recibe; para 24 por ciento de la muestra es suficiente para cubrir sus necesidades, mientras únicamente a 5 por ciento le parece suficiente y le permite ahorrar.

De los encuestados, 98.4 por ciento coincide en que el salario mínimo es insuficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos, 0.8 por ciento considera que sí es suficiente, y 0.8 por ciento no responde.

Si los encuestados tuvieran la oportunidad de aumentar o disminuir el salario mínimo diario, 30.1 por ciento lo fijaría entre 101 y 150 pesos; 28.2, entre 151 y 200 pesos; 9.6, entre 201 y 250 pesos; 11.9, entre 251 y 300 pesos, y 7.9 lo aumentaría a más de 300 pesos. Sólo 7.1 por ciento lo llevaría a un rango máximo de 100 pesos, y 5.2 por ciento no contestó.

El 72.1 por ciento del universo encuestado considera que en los pasados tres años la situación de los trabajadores en México ha empeorado algo o mucho; 16, que ha mejorado algo o mucho; 9.1, que se ha mantenido igual, y 2.8 no sabe o no responde.

Asimismo, 53.8 por ciento menciona que en los próximos dos años la situación de los trabajadores en México empeorará; 23.3, que mejorará; 8.1, que se mantendrá igual y 14.8 no sabe o no responde.

El 64.9 por ciento cree que cuando se retire no tendrá estabilidad económica; 23.2, que va a tener estabilidad y 11.9 no responde. Con base en la experiencia de los encuestados, se cuestionó si el salario de hombres y mujeres es el mismo por la realización de un trabajo; 51.4 por ciento opina que no es el mismo; 38.4, que es el mismo; 4.7, que a veces, y 5.4 no sabe o no responde.

En opinión de 64 por ciento de la muestra, en los últimos 12 meses las oportunidades para tener un empleo han empeorado; 20.3 cree que han mejorado; 10.9, que se ha mantenido igual, y 4.8 no sabe. Asimismo, 56 por ciento declara que en los últimos 12 meses él o alguien de su familia que habita en su hogar no ha perdido su empleo o su fuente de ingresos, y 42.8 por ciento, ha perdido su fuente de ingresos. En referencia al impulso del empleo, 63.4 por ciento estaría de acuerdo con que se aplique la deducibilidad de 100 por ciento de las prestaciones laborales a empresas; 23.3 no estaría de acuerdo, y 13.2 no sabe o no responde.

Las rebanadas del pastel

Sigue la desbandada en el área financiera del sector público. Vanessa Rubio se va a la campaña de José Antonio Meade, para coordinar la oficina del precandidato. Es una funcionaria con carrera meteórica de la mano de su jefe. Al igual que él, sirvió a gobiernos panistas (Fox y Calderón) y priístas (Peña Nieto). La sorpresa es que, oficialmente, no es itamita, sino egresada de la UNAM. Fue la primera mujer en ocupar la subsecretaría de Hacienda –a la que ayer renunció-, y la misma posición jerárquica la ocupó en Sedesol y en Relaciones Exteriores. Con Calderón fue vocera de la Consar y ocupó otros cargos en esa misma institución. Y con Fox en Los Pinos coordinó algunas áreas de la participación mexicana en la APEC y el G-20, en representación de la Presidencia de la República. Entonces, ¿quién sigue y, sobre todo, quién atiende la tienda en la SHCP?

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