El comercio electrónico se ha convertido en un problema para las empresas que ofrecen productos o servicios manera de tradicional, pues el exponencial crecimiento de las ventas por Internet ha rebasado la normatividad y la regulación existente en México.

José Manuel López Campos, tesorero de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) explicó que la acelerada dinámica del comercio electrónico, que incluye la venta de bienes y servicios, debe ser regulado por las autoridades en el país, pues no ofrecen las mismas condiciones de garantía a los consumidores.

De acuerdo con el Estudio de Comercio Electrónico en México 2017 de la Asociación de Internet.mx, el valor del intercambio comercial a través de las red pasó de 257.09 mil millones de pesos en 2015, a 329.85 mil millones de pesos en 2016, es decir, creció 28.3 por ciento en un año.

Sin embargo, López Campos señaló que si bien plataformas digitales como AirBNB, Uber o Cabify nacieron como comercio colaborativo, actualmente cuentan con grandes estructuras a nivel internacional, pues además de incluir a personas físicas en el intercambio comercial, también hay personas morales o empresas que ofrecen servicios o productos a través de ellas.

En ese sentido, señaló que quienes se dedican a las actividades terciarias de manera tradicional en México, buscan que el piso sea parejo en materia de regulación y certificación para quienes lo hacen de forma electrónica, de tal forma que exista equidad y competencia.

Ejemplificó que no es lo mismo hospedarse en un hotel que cuenta con medidas de protección civil a hospedarse en un departamento que no cuenta con dichas medidas de seguridad, pues en muchos casos no hay a quien reclamar en caso de una tragedia, ya que las plataformas digitales no se hacen cargo de problemas que puedan surgir.

Pero más allá de ese tipo de problemas, López Campos indicó que al realizar transacciones en línea, es decir, la adquisición de bienes o servicios por medio de algún dispositivo electrónico, con particulares o empresas, se puede omitir el pago de impuestos correspondientes y eso hace menos competitivo a los comerciantes dentro de la formalidad.

Comentó que el comercio electrónico no contribuye al desarrollo económico de los países donde se presta el servicio, incluso en ocasiones quienes se encuentran en la cadena de valor, es decir, los trabajadores no cuentan con prestaciones sociales.

Por ello, la Concanaco ha establecido mesas de trabajo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) con el fin de que estas empresas dedicadas al comercio electrónico sean reguladas en materia impositiva.

Incluso, dijo que miembros del cuarto de junto del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI) participan para que en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se puedan regular a las empresas que tienen su domicilio fiscal en otros países, en este caso en las que se ubican en la región, pues el comercio electrónico no existía hace 34 años cuando comenzó el acuerdo comercial.

El tesorero de Concanaco dijo que se corre el riesgo de generar un fenómeno de informalidad digital, pues al no existir regulación se está propiciando.