s una foto clásica para turistas en Bangkok: una maraña de cables eléctricos suspendidos por encima de las aceras de la capital tailandesa.

A menudo estos elementos pintorescos de la ciudad dan lugar a escenas impactantes, por ejemplo, cuando los empleados encargados de su mantenimiento caminan descalzos por los cables, a varios metros del suelo, como si fueran equilibristas.

También es frecuente ver cómo los camiones se enganchan en los cables, obligando a los conductores a subir al techo de sus vehículos para poder desenredarlos y seguir adelante.

Pero ese folclor tiene los días contados. Para que las calles de Bangkok estén más limpias y evitar los cortes de luz provocados por las caídas de cables, las autoridades han decidido enterrarlos como se hace en numerosos países.

En la calle Sukhumvit, arteria central que cruza los barrios comerciales y turísticos, los cables han desaparecido de muchos tramos en semanas recientes.

El proyecto de soterramiento se planteó hace años; sin embargo, muchos consideran que unos comentarios negativos de Bill Gates, el creador del gigante informático Microsoft, aceleraron en 2016 su puesta en marcha.

Asombrado por los cables que veía en todas partes durante su visita a Bankok, tomó fotos y las publicó en Facebook, culpando de forma errónea a gente que desviaba ilegalmente la red eléctrica. Luego borró su publicación.

Hasta el momento, las autoridades retiraron mil 184 postes eléctricos de tres calles de la ciudad. En los próximos años, prevén quitar los cables de otras 39 avenidas, lo que representará un total de 127 kilómetros de red eléctrica. Muy poco, en comparación con los más de 3 mil kilómetros de cablea-do que hay en Bangkok y su región.

Afp