Desnutrición severa, anemia y otras complicaciones graves se pueden presentar en personas que llevan dietas veganas, por las cuales eliminan los productos de origen animal de su alimentación. El régimen conocido como Detox –que se basa en el consumo de verduras y algunos frutos– también representa un riesgo para la salud, advirtieron especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

En general, ningún régimen que implique la supresión de alimentos a libre arbitrio puede ser saludable, porque el organismo requiere de proteínas, vitaminas y minerales para tener un funcionamiento óptimo, señalaron en conferencia de prensa en vísperas de la celebración del Día del Nutriólogo (27 de enero).

Enrique Coss, investigador del INCMNSZ, comentó que en la década pasada aumentó la preferencia de las personas por las dietas y se ha acrecentado con el acceso a redes sociales, donde éstas se promueven ampliamente.

Esto, aunado al creciente interés por mantener un peso ideal y la creencia de que se puede contribuir a la protección del medio ambiente, explican el fenómeno. No obstante, los riesgos son elevados. Mantener este tipo de regímenes por un periodo prolongado de tiempo tendrá efectos negativos en la salud, aseguró el especialista.

La nutrióloga Astrid Ruiz destacó que no existe ninguna evidencia científica de que la dieta vegana tenga alguna utilidad en el control de enfermedades gastrointestinales. Por el contrario, pueden ser el origen de otros males en el hígado, por ejemplo. Si bien reconoció la dificultad de conseguir que haya un cambio en los hábitos alimentarios, los individuos deben saber que cualquier dieta tiene que ser individualizada, según edad, sexo, condiciones físicas y de salud de cada persona.

En el caso de los veganos, deben estar bajo vigilancia médica y nutricional constante. Respecto de las dietas Detox, definitivamente no se deberían llevar, pues los ayunos prolongados pueden ocasionar alteraciones metabólicas y conducir al individuo a la obesidad.

Reconoció que una dificultad para convencer a las personas de los daños que pueden sufrir en su salud, es que éstos se presentarán en el largo plazo.

La nutrióloga Sophia Martínez comentó que también se ha puesto de moda la promoción de alimentos sin gluten, aunque la única evidencia científica que existe es sobre el beneficio que tiene para el control de la enfermedad celiaca. Este mal es de origen genético y se manifiesta en malestar en el sistema digestivo (diarrea o dolor abdominal) o a nivel del sistema nervioso central (depresión e irritabilidad).

Calculó que menos de 1 por ciento de los mexicanos viven con enfermedad celiaca. Son los únicos que se benefician de los productos sin gluten.

De igual forma, ha crecido la oferta de alimentos o bebidas deslactosadas, cuando sólo entre 20 y 40 por ciento de los mexicanos son intolerantes a la lactosa. La carencia de la enzima lactasa provoca que al consumir lácteos presenten inflamación abdominal y en algunos casos diarrea.

El resto de la población con estos y otros síntomas debe obtener un diagnóstico certero sobre el origen de sus malestares, antes de excluir el consumo de algunos alimentos, explicó Enrique Coss.