Golfo de Tehuantepec.

Como parte de su formación académica, cadetes de cuarto año de la Heroica Escuela Naval Militar navegan en altamar durante ocho meses a bordo del buque escuela Cuauhtémoc, donde realizan maniobras generales, como control de averías y de incendios, seguridad, abandono en caso de emergencia, babor estribor de guardia y honores. También continúan con sus clases.

La madrugada del martes los estudiantes vivieron su primer experiencia real al enfrentar fuertes vientos y el oleaje en el golfo de Tehuantepec.

Horas después de que el comandante al frente del famoso buque, Rafael Antonio Lagunes Arteaga, inauguró el curso de navegación de velas la tarde del pasado 12 de febrero, los cadetes pusieron en práctica sus habilidades desarrolladas y conocimientos teóricos adquiridos. Ahí les advirtió de las inclemencias del tiempo.

Cerca de media noche comenzó la movilización. Personal de guardia requirió la presencia inmediata de la tripulación por medio de altavoces debido a un zafarrancho de maniobra general –respuesta de la tripulación ante condiciones especiales a bordo– para desplegar las velas que dan dirección y propulsión al barco para navegar más rápido.

Aquí no hay gritos

Aquí no se oyen gritos. Las instrucciones se dan por medio de toques penetrantes con el silbato que todos entienden. Mientras unos jalaban cuerdas otros realizaban maniobras de riesgo. Subían los palos del trinquete con arnés de seguridad hasta los juaneteros y gavieros.

Al momento que todos trabajaban, la embarcación se balanceaba de un lado a otro más de lo normal y en ocasiones, debido al fuerte golpeteo de las olas, el agua del mar se metía. La operación duró alrededor de una hora, pero así navegaron durante otras 10 hasta que se calmó el mar.

Estefania Cañedo Ramírez, cadete primera del cuerpo general, destacó la importancia de trabajar en equipo cuando se presenta un zafarrancho. Es la primera vez que participa y añadió que vivir una prueba de este tipo la formará como futura comandante de los buques de la Armada de México.

Para el capitán de navío, Lagunes Arriaga, la responsabilidad al frente del buque es todo un reto y un honor. Por medio y a través del ejercicio de la exaltación del espíritu marinero, los cadetes se forjan el temple y carácter de los futuros líderes de la armada, mediante el fortalecimiento de sus cuerpos y mentes, que se logra con la interacción de los marinos con su buque y este por medio de la fuerza de la naturaleza para entender el arte de la navegación a vela, así como la adversidad a que se pueden enfrentar por las diversas condiciones meteorológicas.

La tripulación del insignia buque escuela Cuauhtémoc se compone de 57 cadetes (48 hombres y nueve mujeres), 13 oficiales invitados de Brasil, Guatemala, Honduras e Italia, de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y alumnos de las escuelas mercantes de Mazatlán, Tampico y Veracruz, además de 172 elementos navales. En total 242 tripulantes navegan bajo el mando del comandante y segundo comandante del velero hasta el próximo 28 de octubre.

El velero ha formado a más de mil 900 cadetes, en 36 generaciones de marinos mexicanos, y ha recorrido 753 mil 492 millas náuticas, lo cual equivale a dar 34 vueltas alrededor del mundo.

El navío visitará 24 puertos, de 14 países de América Latina, y participará en el encuentro internacional de grandes veleros Velas de Latinoamérica 2018, que se realizará en Chile.