Viernes 16 de febrero de 2018, p. 2
Madrid.
Un análisis de 101 grandes terremotos muestra que la mayor parte de la actividad de réplica ocurrió en los márgenes de las áreas donde las fallas se deslizaron mucho durante los sismos principales.
Los hallazgos respaldan la idea de que es poco probable que el área de gran deslizamiento durante un sismo mayor se rompa de nuevo durante un tiempo considerable.
La idea de que los terremotos alivian el estrés en las fallas de la corteza terrestre tiene un sentido intuitivo y subyace a la suposición común de que la porción de una de ellas que acaba de sufrir un terremoto es relativamente segura durante algún tiempo. Pero no todos los estudios han respaldado esto, según Thorne Lay, profesor de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de California (UC) en Santa Cruz, Estados Unidos.
Esta intuición ha sido desafiada por tratamientos estadísticos de datos sísmicos que indican que, con base en el agrupamiento de los terremotos en el espacio y el tiempo, el área que acaba de deslizarse es en realidad más propensa a tener otra falla
, señaló Lay.
Gran ruptura
La verdad parece ser más matizada. Sí, es poco probable que el área que se deslizó mucho se mueva de nuevo, ya que la tensión residual en la falla se ha reducido a un nivel muy inferior al de la falla, pero las áreas circundantes se empujan hacia otras en muchos casos, y da lugar a réplicas y la posibilidad de una gran ruptura adyacente más temprano que tarde.
En el nuevo estudio, publicado este miércoles en Science Advances, Lay y otros sismólogos de UC Santa Cruz y Caltech aprovecharon los métodos avanzados de imágenes aplicadas a los terremotos recientes de magnitud 7 o superior. Cuando examinaron la ubicación de las réplicas respecto del deslizamiento durante el gran sismo, encontraron que muy pocas suceden en las regiones de una falla que tenían gran cantidad de desplazamiento, y las que se producen en la zona de éste tienden a ser débiles, con un movimiento adicional insignificante.