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Unas 400 mil personas participan en la movilización convocada por centrales obreras

Tajante rechazo del sindicalismo a políticas de Macri en Argentina

Denuncian que el presidente ha endeudado al país de manera infinita en sólo dos años

Repudio generalizado a los despidos, la baja del monto de las pensiones y la reforma laboral

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Partidos opositores, ONG y desocupados se unieron a la la manifestación convocada por centrales obreras. Hugo Moyano, dirigente del Sindicato de Camioneros, sostuvo que la marcha se convocó para decirle al presidente Mauricio Macri que no siga impulsando políticas que hambrean a la parte más sensible de la sociedadFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 22 de febrero de 2018, p. 25

Buenos Aires.

Una multitudinaria marcha que superó todas las expectativas, (más de 400 mil personas, convocada por el dirigente del Sindicato de Camioneros, Hugo Moyano, junto con las dos centrales de Trabajadores de Argentina (CTA), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, entre otros, fue una contundente respuesta a la política del gobierno del presidente Mauricio Macri, quien intentó por todos los medios, incluyendo amenazas, denigrar el motivo de la movilización tratando de desunir al sindicalismo, como se denunció en el acto central.

Con el apoyo de la Corriente Federal de la Confederación General del Trabajo, y la presencia de uno de los tres secretarios de esta última organización, Juan Carlos Schmid, representantes de los despedidos, de organizaciones sociales, partidos políticos opositores, como el justicialismo y el kirchnerismo, organismos humanitarios y miles de convocados, los dirigentes denunciaron las políticas del gobierno, los ajustes, la injusticia y los despidos, entre otras cosas.

Pero lo que se considera más importante es haber logrado esta unidad para frenar una gestión que, como se denunció también, ha puesto en peligro, además, la soberanía nacional.

Al iniciar el acto, Schmid declaró: en estos dos años, el gobierno logró endeudar al país de manera infinita y que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, al remarcar que esos más pobres son los trabajadores, anunció que se acordó poner a nuestros asesores a disposición de todos los jubilados y pensionados para que inicien las demandas.

Entre los seis puntos centrales del documento que se leyó, figuró este repudio a la baja de las jubilaciones; la realización de paritarias (negociaciones salariales) libres y sin tope; rechazo a la reforma laboral, al último megadecreto que firmó Macri anulando unas leyes y cambiando otras, en especial en temas laborales; apoyar a las organizaciones sociales en conflicto, pidiendo a los legisladores que no apoyen iniciativas que cercenen los derechos de los trabajadores y de los sectores más postergados. Y el repudio generalizado fue contra los despidos masivos.

La advertencia de Moyano fue muy clara : toda victoria es relativa, toda derrota es transitoria, tomando las palabras –dijo– del Nobel mexicano Octavio Paz, y llamó a prepararse para que, cuando llegue el momento de expresar la voluntad democrática, sepamos elegir y subrayó que “los gorilas (ricos y poderosos) no pueden estar más en la conducción del país”.

Negó que la movilización tuviera como objetivo eludir las causas judiciales en su contra, de las que no ha sido notificado. No tengo miedo de ir preso, estoy dispuesto a ir a la cárcel si la justicia cree que tengo que ir. No tengo miedo de que me maten, estoy dispuesto a dar la vida por los trabajadores, lo digo de corazón, dijo el líder de los camioneros.

Sostuvo que la marcha se convocó para decirle al señor presidente que no siga llevando adelante políticas que hambrean a la parte más sensible de la sociedad.

El dirigente Sergio Palazzo, de los empleados bancarios, que terminaron un paro de 48 horas, consideró: hoy nace la resistencia a las políticas de este gobierno, es el movimiento obrero unido.

Pablo Michelli, de la CTA autónoma, llamó a volver a juntarse pronto si no hay respuestas, y acusó al gobierno de pensar que la mejor democracia es una democracia sin sindicatos y también de llevar adelante una política que demoniza a los sindicalistas, por lo que propuso un paro nacional.

También Hugo Yasky, secretario general de la CTA, llamó a construir una nueva unidad del sindicalismo y los movimientos sociales contra un gobierno que mete la mano en los bolsillos a los trabajadores y los jubilados, y en referencia a las acusaciones contra los sindicalistas, advirtió que si el presidente quiere buscar ladrones, que vaya a la calle Balcarce 50 (dirección de la Casa Rosada, gubernamental).

Lo más emotivo fue la participación de representaciones de las instituciones en las que hubo despidos, entre ellos un grupo de mineros de Río Turbio que luchan por la reinstalación, y contra los intentos de privatizar esa empresa estatal, donde siguen resistiendo junto a sus familias.