Armar a los maestros, la oferta de Trump a familiares de víctimas de matanzas escolares
hablar menos y actuar más
nunca más, alumnos de preparatorias de Florida se manifestaron ayer afuera del Congreso local, en Tallahassee, para exigir una legislación más restrictiva para la compra de armas. Miles de compañeros de otros estados se solidarizaron con el movimiento que, aseguran, apenas comienza en busca de un cambio en la leyFoto Ap
Jueves 22 de febrero de 2018, p. 27
Nueva York.
Miles de estudiantes de preparatorias en múltiples estados abandonaron las aulas en solidaridad con sus colegas de Florida que este miércoles en la capital de ese estado exigieron a los políticos dejar de hablar y emprender acciones sobre el control de armas de fuego, una semana después de que 17 personas, entre estudiantes y maestros, perecieron en un tiroteo masivo en una preparatoria.
Más de 2 mil estudiantes, entre ellos 100 sobrevivientes de la matanza en la preparatoria pública Marjorie Stoneman Douglas, en el pueblo de Parkland, en las afueras de Fort Lauderdale, Florida, rodearon el capitolio estatal y entraron a dialogar con legisladores, a quienes exigieron acciones inmediatas para imponer mayores controles a la venta y el uso de armas de fuego. Sin embargo, fueron frustrados por una cúpula política estatal que ha hecho lo contrario, debilitando regulaciones bajo la bandera conservadora del derecho constitucional a las armas, durante los pasados 15 años en ese estado.
No obstante, el liderazgo legislativo se vio obligado a hacer algo y anunció que está impulsando algunas medidas, que incluyen elevar el requisito de edad, de los 18 a los 21 años, para comprar un arma, pero por ahora rehusó incluir la demanda inmediata de los estudiantes de prohibir la venta de rifles de asalto como el AR-15 empleado la semana pasada en el ataque.
“Hemos hablado sólo con algunos legisladores (…) y lo más que hemos conseguido es que (nos digan): ‘ustedes están en nuestros pensamientos, ustedes son tan fuertes, tan poderosos’”, dijo a CBS News la estudiante Delaney Tarr, una de las sobrevivientes del tiroteo de la semana pasada. “Sabemos lo que queremos. Queremos reforma sobre control de armas (…) queremos un cambio (…) estamos hartos de pensamientos y oraciones. Si ustedes nos hubieran apoyado, hubieran hecho el cambio hace mucho tiempo. Entonces, para todo legislador: ya no podrán aceptar dinero de la NRA (Asociación Nacional del Rifle). Vamos tras cada uno de ustedes, exigimos que emprendan acciones”, advirtió Tarr.
Ese fue el mensaje que se expresó en actos celebrados en múltiples puntos del país a lo largo del día, en los cuales estudiantes realizaron huelgas –algunas de sólo 17 minutos, por cada uno de los asesinados hace una semana en Parkland– y marchas, y con la promesa de que esto es sólo el inicio. En Maryland, cientos de estudiantes abandonaron sus escuelas para manifestarse frente al Capitolio, en Washington, y marchar a la Casa Blanca para exigir leyes que hagan más seguras sus escuelas y comunidades. En otras ciudades de Florida, así como en Ohio, Illinois, Minnesota, Nueva Jersey, Kentucky y Arizona, los jóvenes se solidarizaron al grito de: nunca más
.
El presidente Donald Trump fue el anfitrión en la Casa Blanca de una sesión para escuchar
a unas 40 víctimas y familiares no sólo del tiroteo en Florida, sino también de tragedias de años anteriores, como la de la primaria Sandy Hook, en Connecticut, y de la preparatoria Columbine, en Colorado. El padre de una joven que fue enterrada la semana pasada preguntó furioso: “cuántos muertos más necesitamos antes de que se haga algo (…) porque yo ya no podré ver nunca más a mi hija”. El estudiante Samuel Zeif comentó al presidente que cumplió 18 años después de ese día fatal, me desperté con la noticia de que mi mejor amigo ya no vivía, y no entiendo cómo es posible que yo ahora pueda entrar a una tienda y comprar un arma de guerra, un AR15, ¿Cómo es tan fácil comprar ese tipo de arma? ¿Cómo es que no pusimos un alto a esto después de Columbine, después de Sandy Hook?
Trump indicó a los invitados que su gobierno será más firme en aplicar la verificación de antecedentes de los compradores de armas y sobre la salud mental de los que las adquieren legalmente, y prometió: vamos a hacer algo sobre esta terrible situación
.
Pero al final ofreció una solución para evitar tiroteos masivos en el futuro: armar a los maestros en las escuelas. Dijo que estaba evaluando seriamente esta opción, y comentó que un maestro tendría un arma oculta
, después de ser especialmente capacitados.
Eso seguramente provocará mayor controversia, ya que una de las medidas favoritas de los promotores de las armas para encontrar una solución es armar a todos. Mientras tanto, el alguacil del condado Broward, donde se encuentra el colegio Douglas, ordenó este miércoles que todos los oficiales encargados de seguridad escolar porten desde ahora rifles de asalto AR-15; ahora los estudiantes estarán rodeados y protegidos
por el mismo tipo de arma que se usó para matar a sus compañeros y maestros.
Al mismo tiempo, la ira y la capacidad organizativa inicial de los jóvenes obligó a que Trump y legisladores a escala estatal y nacional tuvieran que aparentar que al menos están escuchando
y responder con algún tipo de medidas sobre armas de fuego. Una consigna –aparte de la de nunca más
– que nació con este movimiento y que se escuchó y/o vio en varias partes del país y la capital es: We call BS
. BS es bullshit
y la traducción es más o menos esas son pendejadas
, en referencia a las justificaciones de los políticos de que no se puede hacer mucho.
Los estudiantes –con un creciente apoyo de otras organizaciones e iniciativas que respetan el liderazgo de base de los jóvenes– ya han convocado a una marcha nacional en Washington el 24 de marzo, y 10 días antes, han llamado a emprender acciones por todo el país para marcar un mes de la matanza en la escuela Douglas. Algunos veteranos de la lucha para promover mayor control a las armas indican que tal vez esta vez, con este movimiento que está naciendo de la tragedia en Florida, podría ser que por fin se logre un cambio. Aparentemente, los políticos no saben qué hacer con estudiantes de preparatoria que rehúsan aceptar sus explicaciones y corean we call BS
.
Mientras tanto, una siquiatra de la Universidad de Yale respondió este miércoles al llamado de Trump a que ciudadanos reporten amenazas potenciales a la seguridad pública a las autoridades. La doctora Bandy Lee escribió en un artículo en el New York Daily News: “tenemos (…) a un líder peligroso que tiene acceso a armas mucho más letales que un AR-15. Siguiendo las palabras del presidente, estoy reportando de nuevo esto a las autoridades, tanto como ciudadana como profesional de la salud mental”.