La Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó que Exportadora de Sal (Essa) no atiende, como empresa paraestatal, las prioridades nacionales, dado que su principal mercado es el internacional y no cubre el consumo nacional, que ha dejado a otras empresas.

En su informe de resultados de la fiscalización de la Cuenta Pública 2016, explicó que mantiene pérdidas por la venta de sal, debido a que nuevamente calculó sus precios por debajo de los in­ternacionales, entre 34 y 42 dólares la tonelada métrica, cuando los precios de referencia se ubicaron entre 47 y 64 dólares. También alertó que su margen de utilidad se redujo 4.8 por ciento y alertó que, de no tomar medidas, esa tendencia la colocaría en riesgo como empresa.

En sus conclusiones, la ASF dijo que después de revisar el marco legal de las paraestatales, se observó que no existe claridad en la congruencia entre el objeto de creación de Essa, establecido en términos de producir y exportar sal, con la legislación, respecto de que cuando el gobierno federal participe de manera mayoritaria en una empresa, su objeto debe cubrir las áreas prioritarias nacionales.

Essa continúa en operaciones con 51 por ciento de las acciones en manos del gobierno federal y 49 por ciento de la trasnacional japonesa Mitsubishi, aunque la propia ASF ha detectado que ésta opera como socio mayoritario y acapara las actividades de traslado y venta en el exterior.

Ahora, la auditoría recomendó al gobierno federal, en específico a la Secretaría de Economía, que preside el consejo de administración de la salinera, justificar legalmente la operación de la pa­raestatal e incluso evalúe la continuidad de la participación del Estado en esa empresa.

Como parte de su intervención a la salinera, la ASF encontró que la fuerza laboral ha disminuido, que en 2016 sólo cumplió con la meta de 88.8 por ciento de cosecha de sal, prevista para 8 millones 250 mil toneladas métricas de sal.

Únicamente produjo 7 millones 329 mil toneladas métricas, hecho que fue atribuido por Essa a una caída de la demanda mundial y las fuertes lluvias registradas en Guerrero Negro, que afectaron los caminos de terracería en la zona.

La auditoría reportó que Essa sólo destinó al mercado nacional 14 mil 300 toneladas métricas de sal, esto es, 0.4 por ciento de la demanda de ese mineral en México, estimada, para ese año, en 3 millones 444 mil toneladas métricas, por lo que el consumo nacional fue cubierto por otras salineras.

En materia financiera, Essa logró ubicarse como “una empresa capaz de disponer de efectivo para cumplir con sus obligaciones a corto plazo, pero los auditores concluyeron que en el periodo 2010-2016 identificaron que su índice de solvencia disminuyó cuatro puntos, por lo que su capacidad para cumplir con obligaciones a corto plazo se redujo.