Los Tigres vencieron 0-2 a Veracruz, que recibió otro fuerte golpe en su pelea para evitar el descenso, al cierre de la jornada 10 del Torneo Clausura 2018. Los regiomontanos dieron un paso importante para afianzarse en los puestos de liguilla y escalaron al cuarto lugar, con 18 puntos.

Lucas Zelarayán (8) y André-Pierre Gignac (31) marcaron los goles para sellar el triunfo en el estadio Luis Pirata Fuente. Veracruz no logró recuperarse, se mostró gris en la cancha y complicó su situación en la tabla de cocientes, donde se mantiene en el último puesto.

Los felinos dejaron clara su superioridad desde los primeros instantes al abrir el marcador a los ocho minutos. Ante una defensa desequilibrada, Lucas Zelarayán rescató un pase dentro del área y con un disparo cruzado dio el primer zarpazo.

El duelo apenas comenzaba y Veracruz, que carga la losa del eventual descenso, estaba contra las cuerdas. Los norteños controlaban con facilidad, mientras los escualos eran presa de la desesperación y pese a varios esfuerzos no lograban recuperar el balón.

Enner Valencia y André-Pierre Gignac querían aumentar la ventaja, un gol no los dejaba conformes, sabían que estaban para más.

Los universitarios lanzaban peligrosos disparos aunque no acertaban por escasos centímetros. El estratega de los felinos, Ricardo Ferretti, sólo se llevaba las manos a la nuca lamentando las fallas; su equipo iba ganando pero la mínima diferencia no le era suficiente.

Los Tigres atacaban con perseverancia y el anunciado 2-0 llegó al minuto 31. En medio de la zaga veracruzana, Gignac remató con la cabeza un tiro de esquina y mandó el balón a las redes. El francés se lanzó al festejo, mientras Ferretti sonreía complacido por el segundo tanto.

La escuadra veracruzana intentó generar peligro. No querían otra goliza. Adrián Luna lanzó un tiro sin potencia, un reto fácil para el arquero Nahuel Guzmán. Juan Ángel Albín también disparó, pero el balón se fue por arriba.

Los veracruzanos regresaron del vestidor con ánimos e intentaron atacar. Tigres les soltó el balón aunque no perdió el control del juego, dejó que los escualos pelearan, que se cansaran poco a poco y sin mucho esfuerzo mantuvieron la victoria.