Washington.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, mantendrán una reunión para tratar la situación nuclear en la península coreana, aunque Washington mantendrá las sanciones sobre Pyongyang, informó este jueves la Casa Blanca.

Trump aceptó la invitación para un encuentro con Kim Jong-un en un lugar y momento a determinar, aseguró la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado.

Nosotros apuntamos hacia la desnuclearización de Corea del Norte. Mientras tanto, todas las sanciones y la máxima presión deben mantenerse, agregó el texto.

Más temprano, Chung Eui yong, máximo asesor de Seguridad sudcoreano, quien se encuentra en Washington con una delegación de su país, había hecho el anuncio en declaraciones a la prensa al frente de la Casa Blanca.

Ningún presidente estadunidense en funciones se ha reunido con un líder norcoreano.

Estados Unidos y Corea del Norte ni siquiera tienen relaciones diplomáticas formales y los dos países han permanecido en un estado de guerra debido a que la Guerra de Correa de 1950 a 1953 terminó con un armisticio y no con un acuerdo de paz.

Seúl ya había hecho público que Corea del Norte había ofrecido reunirse con Estados Unidos con miras a la desnuclearización y para normalizar relaciones, proporcionando un acercamiento diplomático luego de un año de crecientes tensiones por las pruebas nucleares y de misiles de los norcoreanos. Las dos Coreas también acordaron sostener una cumbre a finales de abril.

Kim Jong-un expresó su deseo de reunirse con el presidente Trump tan pronto como sea posible, dijo Chung. El presidente estadunidense apreció el informe y dijo que se reuniría con el líder norcoreano en mayo para lograr una desnuclearización permanente.

Chung no indicó dónde sería la reunión.

La Casa Blanca señaló que la reunión de Trump con Kim se llevaría a cabo en un lugar y fecha por determinarse.

Trump asumió el puesto con la promesa de impedir que Corea del Norte desarrollara un misil capaz de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos. El mandatario ha oscilado entre amenazas e insultos contra Kim y una retórica conciliatoria. Sus comentarios bélicos y las pruebas nucleares y de misiles de Kim han avivado los temores de una guerra nuclear entre las dos naciones.