Madrid.

Jaume Alonso-Cuevillas, abogado del ex mandatario catalán Carles Puigdemont, está convencido de que Alemania negará la extradición a España e incluso aseguró que las autoridades germanas se habían disculpado con su defendido por no resolver su caso antes. El líder independentista está en la prisión de Neusmüster desde el pasado domingo, tras ser aprehendido en Hamburgo.

Puigdemont está en el modulo más flexible de seguridad, con reclusos en proceso de ser juzgados por delitos de baja sanción penal. En cualquier caso, la celda del ex mandatario es de siete metros cuadrados y tiene los inconvenientes de cualquier sistema penitenciario. Su situación se podría resolver después de Semana Santa, si bien el Estado alemán tiene hasta 90 días hábiles para decidir su entrega o liberación definitiva.

El Tribunal Supremo de España solicitó la extradición del líder catalán como parte del proceso abierto contra los dirigentes del movimiento independentista, a quienes se acusa de rebelión, malversación y desobediencia.

A juicio del abogado de Puigdemont, según declaró en una entrevista para la radiodifusora catalana RAC1, hay elementos muy sólidos para pensar que la extradición puede ser denegada. Incluso se aventuró a afirmar que sólo contemplan dos opciones: que rechacen la petición de entrega o que la admitan, pero únicamente por el delito de malversación.

El abogado también denunció numerosas irregularidades en la detención del ex presidente, sobre todo a raíz de que en el vehículo en el que intentó huir de Finlandia a Bélgica se encontró un geolocalizador que supuestamente pertenece a los servicios de espionaje españoles. Alonso-Cuevillas retó incluso al gobierno español, que encabeza el derechista Mariano Rajoy: Creen que el caso se resolverá de manera diplomática, pero no tienen ni idea, pues los jueces harán lo que tengan que hacer, al margen de quien gobierne. Además, en Alemania todo mundo está alucinando con la regresión de los derechos humanos en España.

En tanto, el sector empresarial de Cataluña se mostró muy molesto tras la cancelación de una importante carrera internacional de vela que cada año se celebraba en Barcelona y que fue trasladada a otro puerto con el argumento de la turbulenta situación política y la falta de compromiso de los organismos públicos para subvencionar la actividad. La cancelación se suma a la fuga masiva de empresas que decidieron cambiar su sede social y fiscal ante el conflicto separatista.