Sociedad y Justicia
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Debaten en la UNAM el uso de organismos modificados; posiciones se polarizan

Transgénicos generaron cambio filosófico en la concepción de la naturaleza: experto
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de abril de 2018, p. 40

Las posiciones entre partidarios y opositores a los alimentos transgénicos se ha polarizado, advirtió el director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Linares. Pese a que no elevan los rendimientos por hectárea y de que son patentados y producidos por empresas, el uso de los organismos vivos se promueve en el planeta, señalan unos, mientras otra parte argumenta que reducen el uso de químicos y no ocasionan daños ambientales.

En el foro Los alimentos transgénicos a debate, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, continuó ayer la polémica. Alma Piñeyro, del Instituto de Ecología, señaló que estos productos no son sostenibles a largo plazo y que uno de sus presuntos beneficios es que tienen capacidad de elevar rendimientos, pero en estudios de 2013, en los que se comparó la cosecha de maíz por hectárea entre los cultivos sin estos productos y en aquellos que sí los utilizaron, se observó que no hay tal incremento. Explicó que, más bien, la productividad está mediada por el ambiente.

En su turno, Xavier Soberón, director del Instituto General de Medicina Genómica y por 25 años investigador del Instituto de Biotecnología, recordó que el desarrollo de la biotecnología moderna comenzó con los medicamentos, y una buena parte de ellos proviene de esta industria. Insistió que no hay riesgos al medio ambiente; el uso de estos productos tiene grandes ventajas y ojalá se incorporaran estas técnicas en cosecha orgánica.

Planteó que hay que contrastar los transgénicos con los sistemas agrícolas vigentes, así como los deseables, que no son los que hay ahora. También hay que dividir la discusión con las ventajas actuales y potenciales en la mejora de cultivos, sobre todo con una regulación sensata basada en evidencia.

Jorge Linares, especializado en bioética, se refirió a que el debate se ha polarizado entre quienes promueven y apoyan y quienes cuestionan e introducen elementos de riesgos verificables en los transgénicos. La tecnología tiene un carácter controversial, es así porque son tecnocientíficos, artefactos, no son técnicos ni derivados de mera investigación científica básica, son tecnológicos.

Lo que suscita la controversia social de estos productos, dijo, es la intervención, de manera más rápida, con transformaciones sustantivos, en los organismos vivos, y esto generó también un cambio filosófico en la concepción de la naturaleza, señaló. Apuntó que hay una tendencia a reducir la biodiversidad de lo que se cultiva.

En su turno, el biólogo Víc-tor Toledo presentó una perspectiva agroecológica y detalló que los transgénicos los controlan seis empresas: Syngenta, Monsanto, Bayer, Dupont, Basf, Dow. Estas dominan el mercado de plaguicidas y de semillas.

Tan sólo Monsanto tuvo ingresos en 2015 por 15 mil millones de dólares, con 20 mil empleados y más de 20 mil investigadores que trabajan el tema de biotecnología. Agregó que esa empresa creó el agente naranja que se utilizó en la guerra de Vietnam y de este producto pasó al glifosato, que se utiliza con la siembra de transgénicos.