Buenos Aires.

Con tensión y angustia se vivió la nueva corrida del dólar, que cerró a 23.73 pesos y llegó a más de 24.50, al tiempo que el presidente Mauricio Macri se reunió con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recién llegado de Estados Unidos, donde mantuvo reuniones con autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), de las que no se informó a la población.

Macri se reunió también con empresarios, después de lo cual el ministro de Producción, Francisco Cabrera, ofreció una conferencia de prensa, en la cual aseguró que el tema del alza del dólar frente al peso argentino no se trató, porque para nosotros no es un problema.

Nuevamente el Banco Central de la República Argentina debió salir a vender mil 200 millones de dólares. También hubo venta del billete verde a futuro. Nadie informó nada, pero trascendió que el FMI se inclinaría por una flotación cambiara sin injerencia oficial, en momentos en que el país registra un déficit récord de cuenta corriente.

Las críticas por la falta de información oficial no sólo fueron de la oposición, sino de los socios de la alianza gobernante Cambiemos, como la diputada y dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió, quien reprobó a los productores del campo, a quienes Macri suspendió el pago de impuestos sobre la exportación de soya y otros cultivos y les permitió colocar sus dólares donde quisieran, por lo que han retenido los pagos de exportaciones, especulando con el aumento del dólar y creando un fuerte déficit. Lo mismo sucede con mineras trasnacionales.

El ministro de Finanzas, Luis Caputo –otro de los funcionarios gubernamentales denunciados por mantener cuentas offshore–, dijo que el acuerdo con el FMI nos permitirá asegurar los créditos hipotecarios y los planes sociales, lo que provocó una indignada reacción entre analistas y en las redes, que lo tildaron de mentiroso serial como el presidente y su gabinete, recordándole todas las crisis y tragedias del país bajo el control del FMI.

Las reservas del banco central se han dado en garantía a la tenencia de Letras del Banco Central (Lebac). Al 12 de diciembre de 2017, la deuda por esas letras alcanzaba cifras muy superiores a las reservas. En 2018, si tomamos un dólar a 23, la deuda llegaría a 78 mil millones de dólares, es decir, superaría por lejos el monto de las reservas existentes hoy, analizó Óscar Natalich, del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales.

Añadió: “Bajo esos datos, los inversores en Lebac, principalmente bancos, fondos buitres y empresas monopólicas, no podrían recuperar la inversión, pues ese importe supera en 20 mil millones de dólares a las reservas existentes hoy. Eso quiere decir que no podrían transferir a sus cuevas ese monto, salvo que aparezca alguien que se lo preste al Estado. Ese alguien es el FMI, pues es un organismo que responde en gran parte al gran capital financiero”.