Opinión
Ver día anteriorSábado 12 de mayo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Infancia y Sociedad

Aborto y edad penal

E

l primer derecho de un nuevo ser es nacer deseado y amado. Algunos opinan que si sólo nacieran niños deseados y crecieran amados no habría guerras…Tal vez.

El hecho es que las mujeres nacemos llenas de niños; con un promedio de 400 mil óvulos en los ovarios que evidentemente no podrán convertirse todos en seres humanos. Cada mes, con la menstruación, la mayoría de hijos posibles van siendo eliminados y no por eso somos asesinas en serie.

Para amar la vida y defenderla hay que conocer bien el fenómeno y no hacer juicios fáciles y equívocos sobre la naturaleza y los derechos de mujeres y niños.

Si pudiéramos consultarlos previamente es probable que nadie quisiera nacer sin ser deseado, producto de un accidente o, peor, de una violación. Nacer en esas circunstancias tiene consecuencias graves para la personalidad. Aunque no hay suficiente evidencia científica, es probable que ciertos individuos nefastos que hoy abundan en el mundo en su papel de dictadores, gobernantes déspotas, capitalistas insaciables o crueles asesinos, hayan padecido tempranamente rechazo y carencias de amor y aceptación.

Las mujeres estamos cansadas de escuchar a jueces y políticos hablar de nuestra íntima naturaleza, que ni conocen ni conocerán porque no disponen de los medios para ello.

Los defensores de la vida que se escandalizan frente al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo quieren defender a los niños in utero, pero una vez que están fuera poco o nada se preocupan por su vida ni por asegurarles recursos para su desarrollo. No obstante, una vez que la descomposición social induce a tantos jóvenes a delinquir para comer, entonces los mismos que defienden el derecho de nacer proponen bajar la edad penal para castigarlos como adultos y condenarlos al encierro en las escuelas del crimen.

Hay que ser consecuentes, apoyar a las mujeres sin decidir por ellas; apresar a los pederastas de la Iglesia católica y de otras instituciones y enfrentar las terribles cifras de México: 21 millones de menores en pobreza extrema y primer lugar en embarazo adolescente.

El candidato Mikel Arriola tiene buenas propuestas para gobernar la CDMX, pero necesita profundizar en estos problemas, conversar con mujeres y comprender el círculo fatal en que caen niños y jóvenes sin oportunidad de desarrollo, educación, amor y empleo digno.

Hoy la mayor utopía es que todos los niños tengan madres felices.