Domingo 3 de junio de 2018, p. 18
Whistler, Canadá.
Francia exhortó este sábado a Estados Unidos a enviar un mensaje positivo a sus aliados europeos y socios del G-7 (Las siete mayores economías del mundo) para evitar una guerra comercial, mientras el conjunto de ministros expresaron su decepción
al finalizar una reunión del grupo.
Durante el encuentro de tres días, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, fue el principal blanco de críticas, por ser a quien los líderes financieros de los aliados de Washington expresaron su enojo por los aranceles a los metales impuestos por el gobierno de Donald Trump.
Mnuchin –quien adoptó un bajo perfil durante las discusiones y se mantuvo claramente aislado
– no logró aliviar la frustración de los ministros del G-7 sobre los aranceles de 25 por ciento al acero y de 10 por ciento sobre el aluminio que Washington impuso a México, Canadá y la Unión Europea esta semana.
Las tarifas entraron en vigor el viernes después que fracasó una negociación sobre cuotas con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross.
Decisión deplorable
El impacto económico de los aranceles estadunidenses sobre el acero y el aluminio es relativamente limitado, pero el mayor riesgo es una escalada, con represalias y contrarrepresalias, que podrían afectar gravemente el orden comercial mundial.
Los ministros y gobernadores de bancos centrales solicitaron que el secretario del Tesoro de Estados Unidos comunique su preocupación y desilusión unánimes
, señaló el grupo el sábado en un comunicado escrito por Canadá.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, dijo que con sus aliados. Corresponde a la administración estadunidense tomar las buenas decisiones para apaciguar la situación y allanar las dificultades
, declaró Le Maire al término de la reunión del G-7 en Whistler y agregó que la Unión Europea está preparada para tomar medidas.
Los europeos consideran que los otros seis países del G-7 están pagando los aranceles, que en gran medida están destinados a frenar el exceso de producción en China. El tema dominó la discusión de los ministros en Whistler.
Japón calificó la decisión estadunidense de profundamente deplorable
. Los productores de metal japoneses pagan las tarifas desde el 23 de marzo.