Al ser los municipios el eslabón más débil de la cadena institucional en materia de lucha contra la corrupción es indispensable fortalecer mecanismos de supervisión y contraloría en esa área; una forma de lograrlo podría ser que en vez de poner esa tarea en manos de una sola persona, se convierta en una labor colegiada.

Antonio Sánchez, integrante del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Anticorrupción de Zacatecas, dijo lo anterior y señaló que al no dejar esa responsabilidad sólo a un auditor o a un grupo de personas del mismo partido político, se obligaría a los responsables de este trabajo a ponerse de acuerdo con criterios diferentes, lo cual podría obstaculizar la comisión de ilícitos.

Entrevistado en el contexto de la reunión nacional de redes del CPC en todo el país, recordó que menos de 10 por ciento de los 2 mil 446 municipios que hay en México tiene algún tipo de mecanismo anticorrupción, y sólo algunas entidades prevén la formación de dichos esquemas, como el estado de México.

Hay quien estima que la mitad o más de todos los actos de corrupción que ocurren en el país suceden en las administraciones municipales. Las estatales y la federal están muy observadas y fiscalizadas, pero los municipios están menos regulados, además de que cada uno tiene la facultad legal de regirse como mejor le parezca, resaltó.

Por tal razón, consideró que una forma de evitar la corrupción en ese nivel sería colegiar sus auditorías o contralorías, que actualmente son regidas por un solo funcionario, designado a su vez por la primera mayoría que pierda las elecciones.

Además, Sánchez consideró que muchos cargos de los sistemas anticorrupción municipales y estatales deberían ser honoríficos, para impedir que esta labor sea vista como una chamba, lo cual en muchas ocasiones pervierte el espíritu para el que fueron creados.