Frenar el consumo de productos elaborados con plástico, como los popotes, que acaban en los mares y playas, también es una preocupación de los niños, afirman profesores de primaria y secundaria, quienes destacan que los temas ambientales son de gran interés para los alumnos. Las redes sociales, a las que están expuestos gran parte del día, han sido también una vía para mostrar en casa y en la escuela las razones por las que no podemos seguir con los mismos hábitos.

Recientemente, con la campaña Sin popote está bien, impulsada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, se intenta sensibilizar a los consumidores sobre los daños que causa el uso de este producto que sólo dura 20 minutos en nuestra mesa, pero tarda 100 años en degradarse, pues se estima que una persona puede usar hasta 38 mil popotes a lo largo de su vida.

A través de videos, anuncios en radio, fotos y contenidos multimedia, la dependencia concientiza a la población para evitar el consumo de popotes.

Los docentes destacaron que los alumnos de primaria y secundaria tienen un enorme interés por lo que le pasa a su planeta. Consideraron que la escuela ocupa un papel central para concientizar a niños y adolescentes respecto a lo dañino que es el consumo de productos plásticos, pero advirtieron que lo que nosotros logramos en cuatro horas diarias en la escuela, no siempre tiene un apoyo desde casa, porque es ahí donde deben formarse los hábitos para tener un ambiente más sano.