Washington

El director de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, Scott Pruitt, renunció ayer en medio de investigaciones abiertas por sus desmesurados gastos en seguridad, vuelos en primera clase y hasta el elevado alquiler de un condominio.

Con la renuncia de Pruitt, el presidente Donald Trump pierde a un funcionario al que los conservadores consideraban uno de los miembros más eficaces de su gabinete.

Sin embargo, Pruitt también estuvo asediado durante meses por una serie de escándalos que dieron pie a más de una docena de investigaciones federales y del Congreso.

Trump, en declaraciones en el avión presidencial, siguió elogiando al funcionario y afirmó que no le pidió la renuncia.

En su carta de renuncia, Pruitt expresó que no estaba arrepentido de ninguna acción tomada en la EPA. Agregó: los incesantes ataques hacia mí y hacia mi familia no tienen precedente y han tenido un efecto considerable.

Trump tuiteó que Andrew Wheeler, subdirector de la EPA, ex ejecutivo de la industria del carbón, asumirá el puesto de director interino.

Pruitt, ex fiscal estatal de Oklahoma cercano a la industria petrolera, interpuso más de una docena de demandas contra la EPA. Cuando llegó a Washington, buscó desmantelar las regulaciones ambientales implementadas durante el gobierno de Barack Obama, dirigidas a reducir la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Durante su año en el puesto, Pruitt viajó por todo el país a expensas de los contribuyentes.