Reciben clases de buceo
Si vuelve a llover se retrasará la operación
, dice un mando de la Marina
Viernes 6 de julio de 2018, p. 27
Chiang Rai, Tailandia
Elementos de la Marina de Tailandia estaban listos ayer para rescatar a 12 menores y a un adulto de 25 años de una cueva inundada en la que permanecen atrapados desde el 23 de junio, en una arriesgada operación que implica sacar a los cautivos buceando, asistidos por expertos, por entre estrechos canales de un sistema de cavernas de kilómetro y medio de largo.
Las autoridades temen que nuevas lluvias que se pronostican entre este viernes y sábado compliquen la labor de sacar a los jóvenes de la cueva que se ha estado dragando durante días en un intento por lograr que los chicos pudieran salir caminando, que fue como entraron antes de ser sorprendidos por una inundación.
Lo que más nos preocupa es el clima. Si vuelve a llover, nuestros esfuerzos podrían sufrir un retroceso, como ya ocurrió una vez
, dijo el comandante de la misión de rescate, Narongsak Osotthanakorn, en rueda de prensa.
Pese a las previsiones meteorológicas adversas, el cercano hospital de Prachanukroh ya está preparado para recibir y tratar a los jóvenes. Buzos británicos localizaron el pasado lunes a los 12 adolescentes de entre 11 y 16 años y a su entrenador, de 25, en la cueva de Tham Luang Nang Non, en la provincia de Chiang Rai.
Los jóvenes se adentraron tras un entrenamiento de futbol en la cueva, la cuarta más grande del país, con más de 10 kilómetros, situada mil kilómetros al norte de Bangkok.
Las autoridades creen que se vieron sorprendidos por una inundación en la caverna, y que tuvieron que internarse profundamente para salvarse. Los jóvenes fueron hallados a más de tres kilómetros de distancia de la entrada, pero todavía se desconoce cómo y cuándo saldrán. Un equipo de buzos expertos rescatistas se encuentra con el grupo dentro de la caverna, donde están dando clases de buceo a los cautivos, además de atenderlos y alimentarlos para que se repongan lo suficiente y emprender la riesgosa operación de rescate.
Enseñarlos a bucear consiste en hacerlos sentirse cómodos con los visores y a respirar con el equipo lo suficiente para dejarse guiar por los expertos a través de pasadizos muy estrechos en agua muy turbia con cero visibilidad.
La segunda opción de rescate que se contempla es perforar un túnel en la parte exterior de la cueva y sacarlos por esa vía. La tarea se dificulta porque el nivel del agua en la cueva sigue siendo demasiado alto y las condiciones inestables. Los equipos de rescate están drenando el agua las 24 horas del día, dijo Bancha Duriyapan, el general del ejército que supervisa el operativo.
Unos 1.6 millones de litros se extraen por hora y el nivel del agua en la cueva baja más de un centímetro por hora, según el general. Sin embargo, el agua sigue filtrándose por agujeros en la cueva de roca caliza.
Reportes indican que los jóvenes han adelgazado porque subsistieron del 23 de junio hasta el pasado lunes que fueron hallados sólo con las escasas provisiones que llevaban, pero que están en buen estado de salud. El más débil es el entrenador del equipo, quien cedió sus provisiones a los niños. Este joven podría enfrentar cargos de negligencia por haber llevado a los adolescentes a la cueva durante la temporada de monzón.
Mientras los equipos de rescate trabajan sin cesar, el ambiente fuera de la cueva ofrece algunos pequeños lujos para hacer un poco menos tensa la espera.
Voluntarios ofrecen masajes gratis a los padres de los adolescentes. También se ofrecen cortes de pelo, en el caso de que crezca demasiado durante la espera de su rescate.
Fuera de la cueva se congregan más de mil funcionarios, voluntarios, expertos en rescate y reporteros de todo el mundo.
Para ellos cocina también un grupo de voluntarios desde las primeras horas del día.
El Ministerio de Relaciones Exteriores tailandés envió cartas de agradecimiento a Estados Unidos, Reino Unido, Australia, China, Japón, Laos y Myanmar por apoyar con expertos y logística.