La industria mexicana del aluminio teme que por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que estalló el viernes pasado, naciones asiáticas introduzcan al país productos subvencionados, pues podría crearse un trampolín para que lleguen al otro lado de la frontera.

En entrevista para La Jornada, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (Canalum), Ramón Beltrán Arellano, sostuvo que si bien en el corto y mediano plazos el sector no ha tenido impacto por la imposición de 10 por ciento de aranceles de Washington al aluminio mexicano, la situación desfavorable es la guerra comercial desatada entre ambos gigantes.

Indicó que los países que fabrican artículos de aluminio, como México, podrían tener afectaciones debido a que China es el productor más grande del mundo, con un promedio de 32 a 35 millones de toneladas anuales, mientras Estados Unidos es el mayor consumidor a escala global, con 9.3 millones de toneladas.

Explicó que México puede verse afectado porque, al ser el mayor productor, China necesita sacar sus artículos por algún lado, por lo que para contrarrestar las medidas de Washington podría subvencionar, es decir, ayudar en materia fiscal o en algún proceso de la producción, a la industria de ese país.

Indicó que la sección 232 de Estados Unidos busca evitar que haya triangulación de productos de aluminio, pues ante la guerra comercial, la mercancía subvencionada de China y de otros países asiáticos puede introducirse de manera ilegal a México, Canadá o la Unión Europea, con el fin de que se venda al otro lado de la frontera. De esta forma, los productos terminados en territorio nacional estarían en desventaja, pues México, que compra unos 2 millones de toneladas del metal a otros países, provee a Estados Unidos de alrededor de 350 mil toneladas de aluminio transformadas. Ahí sí habría un problema de triangulación y de competencia de mercado desleal, agregó.