El nuevo orden post-Occidental
, según el canciller ruso Sergei Lavrov
El perfil del triunfo
La debacle económica
Viena, lazos históricos// Un parque llamado México//
El difícil momento
De autogestión y cogobierno
La fiesta de los toros y Andrés Manuel López Obrador // Vigencia de sus señalamientos
Recuerdos // Empresarios (LXXXII)
un cuando no se trata de un plan formalmente consumado, el proyecto de pacificación que el equipo de Andrés Manuel López Obrador esbozó públicamente el pasado viernes contiene algunos elementos que vale la pena considerar, habida cuenta de las acerbas críticas que –sin siquiera conocerlo– le han formulado en meses recientes los más enconados adversarios del tabasqueño.
Carta al presidente de Colombia
a paz no estuvo con usted. Así cierra su misa. Todos los días observamos con horror que se siguen asesinando defensores de derechos humanos, dirigentes indígenas, campesinos, sindicalistas, de todos los sectores populares, en la más absoluta impunidad. Pero usted no hace nada. No hizo nada. Frente a los ojos impactados de los pobladores nacionales, pero también los internacionales, quienes registran la historia, su gobierno no fue capaz de cumplir con los acuerdos de paz. Las garantías tantas veces exigidas en la mesas de negociación de La Habana, para que no se fuera a reproducir el genocidio de la unión patriótica, no se han cumplido. La no extradición pactada de quienes negociaron una paz con dignidad, hoy usted se la entrega a las decisiones de jueces y del gobierno de Estados Unidos. No está otorgando el mínimo de condiciones de supervivencia para con quienes sí entregaron sus armas frente a Colombia y frente a toda la comunidad internacional. Hoy, antes de su salida como presidente, volvemos a observar los asesinatos y las masacres a mansalva, acompañados de las amenazas de muerte a maestros y maestras de primaria. Son el terror implantado en los pueblos y comunidades de Colombia. Esos asesinatos están representados en Cien Años de Soledad en los hijos de Aureliano Buendía de hace más de un siglo hoy se repiten. Habrá engañado a los ilustres de Estocolmo, pero no a su pueblo, ni a los pueblos de América Latina. No podemos sino imaginar lo que vendrá con el gobierno de Uribe tras Duque, su marioneta. Pero usted, como Belisario Betancur, quien se quedó con su aspiración al premio Nobel de la Paz, pasarán a la historia como traidores de su pueblo. Entregándole las bases del ejército, la marina y la aviación a la OTAN perdió todo criterio de soberanía y dignidad.
n día antes de las históricas elecciones que llevaron a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, una marcha recorrió las calles del municipio mexiquense de Chimalhuacán para exigir justicia por el feminicidio de la joven Diana Velázquez Florencio, el 2 de julio de 2017.
ras la debacle electoral propinada con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, la disyuntiva de los partidos políticos es transformarse, renovarse o morir. Los que sobrevivan, si quieren permanecer, tienen que operar cambios fundamentales como someterse a exámenes en todos los temas, hacer revisión y evaluación de los hechos políticos recientes, control de daños de cara al futuro y a la evolución de la política nacional y, al interpretar las señales, aprender las lecciones.
esde 1968, mediante sus luchas, tres generaciones de mexicanos tomaron conciencia de que no enfrentaban sólo a malos gobiernos, sino al Estado capitalista y se fueron convirtiendo en anticapitalistas como el FZLN y el CNI que sólo demandaban en 1994 la incorporación de sus derechos a la Constitución nacional. El pacto histórico virtual surgido de la Revolución Mexicana entre indígenas, campesinos y obreros y el PRI, el partido gobernante que fomentaba el desarrollo de la gran burguesía, comenzó a romperse en 1982 y acabó en 1988 con Salinas de Gortari. Desde entonces, los oprimidos y explotados dejaron de intentar convencer a los gobiernos en turno con sus luchas y movilizaciones y comenzaron a construir con ellas frentes únicos de masas (como la APPO) que también eran gérmenes de poder popular.
on un nuevo gobierno ad portas se impone un cambio en la concepción, el manejo y la narrativa sobre el fenómeno migratorio mexicano, cada vez más complejo y complicado de gobernar.
i como lo ha sugerido Stiglitz, el desarrollo es un proceso de cambio social y aprendizaje democrático, lo ocurrido el domingo pasado es una expresión clara de que en lo segundo México ha avanzado y crecido. Mucho más de lo que los profetas del desastre venían sosteniendo al enfatizar la compra y coacción del voto o el fraude generalizado como las figuras principales del teatro electoral del pasado 1º de julio.
la brevedad, el nuevo gobierno debe atender los puntos delicados del sector eléctrico: retomar las propuestas esenciales presentadas a la nación y establecer una renovada estrategia de mediano y largo plazos para atender los requerimientos de electricidad. Ahí, retomar una tradición nacional abandonada burocráticamente. El suministro de electricidad es un servicio público, no sólo –visión miope– un espacio más de obtención de ganancias y rentas.
n prestidigitador es un actor que busca hacer que su público crea que lo que mira es lo que realmente está haciendo él, pero no es así. En el famoso ejemplo, él serrucha a una mujer a la mitad y luego nos muestra que ella sigue estando entera –debido a sus excepcionales habilidades mágicas.
ace unas semanas Mónica Mateos-Vega nos brindó en estas páginas una magnífica crónica sobre la exposición permanente que se inauguró el mes pasado en el Museo de la Ciudad de México.
lumno y asistente de Soledad Loaeza, en el Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México, donde estudió administración pública, Eduardo Guerrero Gutiérrez es de los mexicanos preparados más indispensables en este momento en nuestra ciencia política. En Delaware y en Chicago hizo el doctorado y se entregó a la filosofía política, (Platón, Aristóteles y los estoicos) y se clavó en política comparada y el estudio Transiciones en Europa del Este y su tesis versó sobre la transición polaca. En México ha trabajado en el Centro de Investigación de Seguridad Nacional, en la Secretaría de Desarrollo Social, y en el tema del crimen organizado en México, que lo llevó a ser consultor.