A la par de la visita de funcionarios de alto nivel del gobierno de Estados Unidos a las oficinas del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, distintos grupos de ciudadanos expresaron su rechazo por las políticas migratorias de Donald Trump.

Al paso de la comitiva, los manifestantes se pronunciaron en contra de la separación de familias migrantes y pidieron a la próxima administración no permitir la injerencia del gobierno estadunidense.

Decenas de personas se apostaron en las esquinas de la calle de Chihuahua, entre Insurgentes y Monterrey, en la colonia Roma, donde López Obrador recibió a la delegación estadunidense.

Una de ellas fue Eréndira Cornejo López, quien a título personal llegó con una pancarta en la que reclamó: Trump, ni un niño migrante más separado de su familia.

El grupo más numeroso estuvo compuesto por jóvenes deportados, quienes demandaron a los gobiernos de México y Estados Unidos analizar de forma conjun-ta su situación e incluir el tema en las renegociaciones del Trata-do de Libre Comercio de América del Norte.

Rocío Antuna, representante del colectivo Otros Dreams en Acción (ODA), explicó que a diferencia de los llamados dreamers, ellos fueron deportados durante su niñez, por lo cual no son beneficiarios de programas como el de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que protege principalmente a quienes estudian en una universidad estadunidense, y contra el cual ha emitido decretos el gobierno de Trump para tratar de limitarlo o condicionarlo a cambio de la construcción del muro fronterizo.

Nos llaman los dreamers sin saber que ese término está lejos de identificarnos, y por eso muchos estamos excluidos, explicó la joven durante un breve discurso.

En algunas de las pancartas que se exhibieron al paso del convoy que trasladó a los funcionarios estadunidenses se calificaron las acciones del gobierno de Trump de fascitas y terroristas.