Sábado 25 de agosto de 2018, p. 3
París., Jean-Michel Jarre es el dios supremo de la música electrónica y maestro de los conciertos maratonianos. Desde hace 50 años el artista francés mezcla fragmentos de sonidos, un aniversario que celebra junto con su 70 cumpleaños.
Es considerado un autor de superlativos y no sólo por las masivas ventas de su música, sino porque compone sin descanso y realiza giras por el mundo.
El pionero del sonido electrónico publica un disco doble para festejar ambos aniversarios. Incluye grandes éxitos y saldrá el 14 de septiembre; reúne más de 40 piezas remasterizadas de su carrera. Para elaborar Planet Jarre-50 Years of Music repasó todo su repertorio, según escribe él mismo en su web. Entre las canciones están sus primeras composiciones propias de 1968 y 1969, como Happiness Is a Sad Song y La Cage.
Revolucionó el mundo con sus sintetizadores
Jean-Michel Jarre revolucionó el mundo en los años 70 con sus sintetizadores. Desde entonces mezcla sonidos como hacen los cocineros con los ingredientes. ‘‘La música electrónica es muy cercana a la comida y la cocina. Uno mezcla los ingredientes, las especias’’, dijo en una entrevista. La comparación no es gratuita, pues Jarre nació en Lyon, cuna de la gastronomía francesa.
El éxito internacional le llegó en 1976 con Oxygène, álbum instrumental grabado en el estudio improvisado de su casa y que vendió millones de copias. En el 40 aniversario de este material lanzó en 2016 Oxygène 3, para el que se encerró en su estudio y se sumergió en el espíritu de entonces, explicó.
El álbum nació en sólo seis semanas y con pocos instrumentos. A Oxygène le siguieron Equinoxe y Magnetic Fields, que también vendieron millones de copias.
Con Zoolook, su octavo disco, el artista experimentó en 1984 por primera vez con fragmentos de voz hablada que deformó y sumó a collages musicales. También era nuevo el hecho de tener músico invitados, algo a lo que siempre ha vuelto a recurrir.
Para Electronica 1 y Electronica 2, de 2015 y 2016, Jean-Michel Jarre reunió a todos los grandes del género, entre ellos Massive Attack, Pete Townshend y Moby.
Jarre considera que el sintetizador es una de las principales invenciones de la historia de la música: en vez de partir del sonido de los instrumentos, este aparato permite al compositor descubrir nuevos tonos de forma casi infinita. Un potencial que lleva explorando desde hace 50 años.