Viernes 14 de septiembre de 2018, p. 32
Moscú. El irreconciliable activista contra las políticas del Kremlin Piotr Verzilov –editor de Mediazona, portal ruso de noticias en Internet sobre violaciones de los derechos humanos de los detenidos y de los ya condenados en este país, y uno de los fundadores de Pussy Riot, grupo punk que adquirió notoriedad hace siete años después de que tres de sus integrantes sufrieron penas de cárcel por protestar contra el presidente Vladimir Putin en el principal templo ortodoxo de Moscú– se encuentra internado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Sklifasovsky de la capital rusa.
De acuerdo con la información más reciente, el estado de Verzilov, de 30 años, es grave, pero estable
y todo apunta a que presenta un cuadro de conato de ictus, con problemas vasculares y en las vértebras cervicales.
El miércoles por la noche, Verzilov se sintió mal de manera repentina, con pérdida parcial de la vista y, cuando empezó a tener dificultades para hablar y moverse, su compañera, Veronika Nikulshina, llamó a una ambulancia. Los paramédicos creyeron ver síntomas de un posible envenenamiento y recomendaron llevarlo a un hospital.
El diagnóstico preliminar no se confirmó este jueves y, al no encontrar ningún rastro en la sangre de alguna sustancia tóxica, los médicos descartaron también una segunda hipótesis de que Verzilov hubiera podido intoxicarse por equivocación con medicamentos anticolinérgicos y lo remitieron en ambulancia al Sklifasovsky, mejor equipado, con lo que consideran es un conato de ictus.
Verzilov, quien estuvo casado con Natalia Tolokolnikova, una de las muchachas que protagonizaron la acción más famosa de Pussy Riot en la iglesia de Cristo Redentor, vive ahora en unión libre con Veronika Nikulshina, también miembro del grupo. El burócrata en turno de la administración del primer nosocomio no quiso dar información a la pareja de Verzilov al estimar que no era familiar directo del paciente, lo cual sólo aumentó las especulaciones sobre el estado de salud del activista.
Nikulshina y Verzilov son dos de los cuatro miembros de Pussy Riot que con uniforme de policía saltaron a la cancha durante la final del Mundial de Futbol, el 15 de julio anterior, como protesta contra el poder excesivo de la policía en Rusia
, lo que les valió una condena a 15 días de prisión.