Entrevista al general Arturo Granados
Ese día exhiben su disposición a cumplir la misión que le ha otorgado el pueblo de México
Sábado 15 de septiembre de 2018, p. 10
El desfile conmemorativo de la Independencia de México, que se realiza cada 16 de septiembre, es una oportunidad para presentarse ante el pueblo de México y que conozcan que tiene unas fuerzas armadas equipadas, organizadas y preparadas, con disciplina y, sobre todo, con la disposición para cumplir con las misiones que el mismo pueblo nos ha encomendado
, afirma el general de división Roble Arturo Granados Gallardo, subsecretario de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El general será el comandante de la columna de más de 18 mil hombres –militares, marinos y elementos de la Policía Federal– que marcharán el domingo en calles y avenidas del Centro Histórico de la capital del país y también estará al mando de la parada aérea que se efectuará de manera simultánea.
Nació en la Ciudad de México el 21 de octubre de 1953 y le faltan unos cuantos días para cumplir 50 años de servicio. En septiembre de 1968 se dio de alta en el Ejército mexicano. Tenía 14 años de edad cuando ingresó al Heroico Colegio Militar, donde cursó la licenciatura en administración militar y la maestría en administración militar para la seguridad y defensa nacionales.
En entrevista con La Jornada, el divisionario –señalado en círculos militares y del equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador como uno de los candidatos más serios a dirigir la Sedena– refirió que arenga a los hombres que encabeza recordándoles que representamos a las fuerzas armadas y tenemos la oportunidad de presentarnos ante el pueblo de México
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Granados Gallardo recuerda que en su infancia vivió en el Centro de la Ciudad de México y desde la azotea de su casa en la calle 5 de Mayo o sobre Paseo de la Reforma observó varias veces el desfile. Su padre formó parte del Ejército y alcanzó el grado de mayor.
–¿Cómo ha vivido el desarrollo de las fuerzas armadas?
–Han evolucionado el Ejército y la fuerza aérea. Recuerdo que cuando ingresé en el Ejército todos usaban un mosquetón. Después empezamos a tener armas automáticas.
“Ahora el armamento individual del soldado se fabrica en nuestras industrias militares. Tenemos un desarrollo propio y para este año vamos a completar toda la renovación de los fusiles que se tienen en el Ejército y la fuerza aérea.
“También se ha avanzado en lo que se refiere a equipamiento en la fuerza aérea. El presidente Enrique Peña Nieto nos apoyó firmemente en su administración y se pudo renovar parte de la flota, sobre todo las aeronaves dedicadas tanto para operaciones militares como en apoyo a la población.
Las naves fueron sustituidas por otras de gran capacidad para transporte de carga y tropas. Las hemos empleado para apoyo a la ciudadanía y trasladar soldados o turistas que se han quedado varados por falta de medios de comunicación o interrupción de carreteras, así como para llevar víveres, despensas, cobijas y agua a zonas de desastre.
–¿Qué significa para usted ser el comandante de la columna este 16 de septiembre?
–Para todos los que llegamos al grado de general en más de alguna ocasión pasa por nuestra cabeza ser comandantes de la columna de desfile. Ello implica muchas actividades: desde luego coordinar y articular los esfuerzos, no nada más de militares, marinos y pilotos, sino también de toda la gente que participa para el desarrollo de esa celebración. Es una oportunidad única. Comandar a este grupo distinguido de mexicanos es uno de los orgullos más grandes de la vida militar”.
Además de encabezar cada uno de los ensayos de las tropas para la parada, el general ha cumplido sus responsabilidades como subsecretario y este domingo hará lo mismo que cada hombre que formará parte de la columna: Cuando se ordena vista a la derecha para ver al Presidente de la República, la instrucción es que sus ojos deben estar en la banda presidencial y en el comandante supremo
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–General, usted tiene nietos, ¿qué opinan de usted en este momento?
–Tengo dos nietas: una de siete años y la otra de cuatro. Cuando empezaron a identificarme con el uniforme pensaron que yo estaba en el Colegio Militar. Hace unos días la menor me dijo:
–Oye, ¿tú eres general?
–Sí, soy general.
–¿Y qué hacen los generales?
–Lo mismo que los soldados, nada más que tenemos más tiempo en el trabajo.