Rafael Guerra Álvarez, presidente electo del Tribunal Superior de Justicia local (TSJ) invocó la autonomía del Poder Judicial para defender la legitimidad del proceso en el que llegó al cargo por tres años, al tiempo que descartó resistencias a cambios originados en la Constitución capitalina, como la creación del Consejo Judicial Ciudadano para designar al de la Judicatura.

Al ser entrevistado en su oficina de la séptima sala del TSJ, en la colonia Doctores, el magistrado asumió como tarea fundamental enfrentar, junto con el gobierno de Claudia Sheinbaum y el Congreso local, la creciente delincuencia y el aumento de la violencia.

Sostuvo que la única manera de atender ese reclamo social e impartir justicia eficaz, confiable y de excelencia, que permita obtener la confianza de los ciudadanos, es trabajar junto con el Ejecutivo y Legislativo, cada uno en su ámbito de competencia; para esto, adelantó que creará puentes de diálogo con ambos poderes una vez que asuma el cargo en enero próximo.

Guerra Álvarez afirmó que en definitiva su designación es por tres años, tras un proceso criticado por no ajustar el nombramiento a un año, como señala la Constitución local, y permitir la participación del presidente actual, Álvaro Pérez Juárez, contra el precepto que impide su relección.

Explicó que la Constitución es clara en señalar que las leyes relativas al Poder Judicial entran en vigor hasta el primero de julio de 2019, salvo lo relativo a los consejos Judicial Ciudadano y de la Judicatura, vigentes desde el pasado primero de octubre.

También respondió a señalamientos que lo ubican como candidato afín a Morena, al haber asesorado a Andrés Manuel López Obrador cuando enfrentó el proceso de desafuero como jefe de Gobierno capitalino: Soy juzgador de carrera judicial, he incursionado en el tribunal desde los puestos más sencillos por 30 años, una actividad que me ha permitido conocerlo y me ha dado el impulso de buscar la presidencia.

Aclaró que no es la primera vez, ya que participó en el proceso anterior contra el entonces presidente Édgar Elías Azar. Ahora se trata de un escenario político distinto y en el que Morena gobernará al país y la ciudad: simplemente son coincidencias, porque esta presidencia empecé a trabajarla desde hace cuatro años.

Sobre la llamada puerta giratoria con la que se critica al sistema penal por la facilidad con la que los delincuentes evitan la prisión preventiva, Guerra consideró que su aplicación no ha sido entendida como un modelo que busca solucionar problemas con salidas alternas.

Admitió, sin embargo, que también se requiere de una mayor profesionalización de todos los actores que intervienen en el sistema: Todo proceso judicial y penal se inicia desde la investigación, debe perfeccionarse desde la fiscalía. Una buena investigación da como resultado un buen juicio en el sentido que resuelva el juzgador.