Domingo 25 de noviembre de 2018, p. 27
Durango, Dgo., Ejidatarios del municipio de Topia, por petición de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), donaron 2 mil 687 hectáreas de tierras forestales al ejido vecino de Sal, si puedes
en 2016, para dar por terminado un conflicto agrario de más de 40 años; a cambio, la Sedatu se comprometió a entregarles 18 millones de pesos, pero el recurso nunca les llegó.
El presidente del comisariado ejidal de Topia, Eric Misael Monarrez Félix, explicó que en 2016 la Sedatu los convenció de donar casi 3 mil hectáreas al ejido vecino, del mismo municipio. Nos prometieron incluirnos en el programa de Conflictos Sociales en el Medio Rural (Cosomer) y pagarnos 18 millones de pesos, pero ni nos incluyeron en el programa ni nos pagaron nada
, afirmó.
Detalló que desde hace más de 40 años, el ejido Topia fue invadido por pobladores de Sal, si puedes
, con lo que se inició un pleito legal por las tierras.
Familias enfrentadas
María Díaz Varelas, ejidataria de Topia, sostuvo que el conflicto se volvió social porque no estaban dispuestos a ceder nada a sus vecinos, incluso hubo un enfrentamiento entre ambos pueblos hace 20 años, pese a que en los dos ejidos viven parientes de ambos bandos.
El problema se trató de arreglar en 2014 con intervención del Gobierno Federal, que mediante la entonces Secretaría de la Reforma Agraria, hoy Sedatu, prometió a los ejidatarios de Topia una indemnización de 18 millones de pesos para que dejaran las tierras al ejido vecino y compraran otras.
En 2016 accedieron a donar sus tierras, legalmente reconocidas, y a cambio pidieron ser incluidos en el Cosomer, pero la Sedatu no quiso hacerlo, con el argumento de que al ya no existir un conflicto entre ambos ejidos
– porque donaron las tierras por mutuo acuerdo– no se podía manejar como conflicto social agrario
, señaló Monarrez Félix.
Díaz Varelas aclaró, en tanto, que han acudido durante estos dos años a la Sedatu para arreglar este problema porque el ejido no pueden perder 2 mil 687 hectáreas nada más por impresiones y falta de atención de la Sedatu
.
Lamentablemente, dijo la ejidataria, la respuesta siempre ha sido negativa. Ya nadie nos atiende, ya se van y no les interesó dar-nos una solución; incumplieron los acuerdos a los que llegamos y parece que eso es lo que menos les interesa
, acusó.
La corresponsalía intentó obtener la versión del aún delegado de Sedatu en Durango, Jesús Alvarado Cabrales, pero por su agenda fue imposible obtenerla.
Por lo pronto, los habitantes del ejido Sal, si puedes
agrandaron su territorio, y los del ejido Topia, lo redujeron.