Ante la amenaza de suspender y cancelar los permisos que tienen las empresas mexicanas de autotransporte en el país vecino del norte para realizar servicios de largo recorrido, como quedó establecido en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar) buscará una solución mediante cartas paralelas.

José Refugio Muñoz López, vicepresidente de ese organismo, dijo a La Jornada que, luego de que se cerraron las negociaciones del T-MEC, el sector del autotransporte de carga mexicano comenzó a estar en contacto con el Senado, en específico con las comisiones que tendrán que trabajar en el dictamen para ratificar el tratado, así como con Graciela Márquez Colín, titular de la Secretaría de Economía, y Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de esa dependencia, para expresar sus dudas sobre cómo quedó esa industria en el acuerdo.

Los negociadores mexicanos aceptaron que el nuevo acuerdo comercial incluyera anexos en los cuales Estados Unidos establece una reserva para limitar o, en su caso, suspender los permisos a las empresas de autotransporte de carga mexicanas que pretendan hacer el servicio más allá de la zona comercial.

Indicó que todo parece indicar que el Senado ratificará el T-MEC, firmado el pasado día 30 en Buenos Aires, pero se hará en los términos en que está planteado, porque el cámara alta no tiene facultades para modificar los textos acordados.

Sin embargo, Muñoz López indicó que la Canacar buscará el amparo de las cartas paralelas, las cuales no implican que se alteren los textos del T-MEC.

Agregó que en éstas se pedirá que los transportistas estadunidenses tengan el mismo trato que fija el acuerdo.

Estamos apostando a utilizar ese mecanismo por lo menos para lograr que al transporte de Estados Unidos se le dé el mismo trato que ese país pretende darnos y entonces estemos en igualdad de condiciones, expresó.

Lo más grave es que la reserva sólo aplica para los transportistas mexicanos, apuntó. No es aplicable para los estadunidenses que busquen entrar a México o bien para los canadienses.

Advirtió que los negociadores tampoco contemplaron que una situación así hará que las empresas que operan en la frontera decidan dejar el país para ser constituidas en Estados Unidos y así no tener el problema de no poder hacer viajes de largo recorrido.

Agregó que la medida también agudizará el problema de la escasez de conductores en México. Hay consecuencias. Los negociadores, en el ánimo de cerrar a toda costa el pacto, quisieron usar el autotransporte como moneda de cambio, señaló. Actualmente existen 140 mil permisionarios en el país y unos 50 mil están preparados para entrar al mercado estadunidense.