A pesar de la creación de oficinas, leyes y alertas para atajar la violencia contra las mujeres, "el problema no deja de persistir en el interior de las familias y en el espacio público", se admite en un informe de la Secretaría de Gobernación (SG) difundido en los últimos días del sexenio pasado.

En el documento de 170 cuartillas se hace un recuento de los instrumentos disponibles así como de la necesidad de aplicar medidas específicas, pero sobre todo políticas públicas integrales .

Ademas, promover una coordinación más efectiva en los tres niveles de gobierno y dotar de mayor presupuesto

"En México, la persistencia de la agresión por razones de género, e incluso su agravamiento en algunas zonas del país, es una de las realidades más preocupantes para todos los niveles de gobierno y la sociedad en su conjunto", se indica en la investigación.

La Ley General de Acceso a una vida libre de violencia y el Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres fueron creados en 2017.

El sistema es presidido por la SG la cual, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) encargó la investigación de diagnóstico .

Once años después de generar estos elementos, la dependencia admite que no han sido suficientes, en especial para lograr una coordinación nacional eficaz, con objetivos rigurosamente trazados y de resultados medibles.

Señala que desde el ámbito público se han diseñado una serie de medidas para su atención (...) Sin embargo, aunque el ingreso del problema de la violencia a las agendas públicas aseguró la puesta en marcha de acciones concretas para su atención, -como la ley, el sistema, las redes de refugios y de centros de atención para las víctimas, entre otras medidas-, el problema no deja de persistir.

En esta exploración la SG encomendó encuestas a uncionarios de las distintas instancias.

Por ejemplo, más de la mitad de los consultados dijo que los lineamientos y procedimientos para fomentar la cooperación entre las y los integrantes del sistema son "inexistentes" y/o "inadecuados".

En tanto, de 10 indicadores relacionados con los objetivos del sistema, ninguno alcanzó el nivel óptimo de cumplimiento. El más alto llegó a 3.79, de una escala de uno al cinco.

Y la mayoría respondió que los resultados positivos se deben a los esfuerzos individuales de cada dependencia, y no a la coordinación entre estas.

Es por ello que entre las recomendaciones destaca avanzar hacia "una efectiva coordinación interinstitucional con un modelo de coordinación adecuado".

El análisis concluye que se aprecia una debilidad en la regulación de los procedimientos y en la congruencia necesarias para lograr una articulación en la toma de decisiones de cada dependencia con respecto a sus programas y las decisiones y acciones a cargo de otras organizaciones con las que podría complementarse a propósito de lograr un objetivo común.