Sábado 15 de diciembre de 2018, p. 4
Con el puño en alto, la voz sonora y palabras en inglés la poeta estadunidense Anne Waldman pronunció: ‘‘¡Este es nuestro momento!”, acompañada de notas de jazz en improvisación de piano y saxofón durante una sesión de performance de quien es considerada representante de la segunda generación beat.
La voz de Waldman recita, entona, por momentos pareciera que reza, lanza cantos de indio y en otros vocifera, aúlla sobre el mundo,los manatíes que desaparecen por la mano del hombre, la condena del matrimonio, el sufrimiento y la compasión de la sabiduría budista.
En su visita a México, la Casa Universitaria del Libro, en la colonia Roma, recibió las palabras de la autora de 73 años.
Entre cada pieza decía el título y daba una breve descripción; por ejemplo habló del dolor en un gueto de Venecia, contemplando canales y males, con una referencia histórica a Napoleón, porque ella, explicó, quiere hablar sobre ‘‘los tiempos de antes, los tiempos futuros, el tiempo en el que estamos y el tiempo para curar”.
Recita fuerte, mueve las manos, gesticula y abre mucho la boca: ‘‘Te señalo esto, te digo esto (lágrimas y más sollozos), grabado en piedra en metal del tiempo-poema en escritura de vientos del siglo XXI. Y entonces el sueño de un tiempo lleno con justicia.”
Mencionó su más reciente libro Trickster feminism, ‘‘una colección vanguardista y visionaria que medita sobre el género, la existencia, la pasión y el activismo”, como ha definido la editorial Penguin a ese texto publicado en inglés.
Muy joven Waldman conoció a Diane di Prima y Allen Ginsberg, quien fue su maestro y amigo, ‘‘su esposa espiritual” la llamó el autor de Aullido. Con más de 40 publicaciones, Waldman es poeta y profesora, ‘‘pero ha elevado el listón como feminista, activista y poderosa intérprete”, la presentan en su página personal.
Es originaria de Millville, Nueva Jersey, donde nació en 1945. Luego, en el barrio de Greenwich Village, en Nueva York, creció con la influencia del jazz afroestadunidense y la poesía que pululaba en bares y sótanos en Estados Unidos, esas voces jóvenes que se rebelaban contra el sistema.
Waldman recitó siete piezas en el vestíbulo de la casona porfiriana. La banda Fast Speakin Music la acompañó casi una hora. Las notas a veces sutiles, acompasadas, otras frenéticas, surgieron del piano del hijo de la poeta, Ambrose Bye y Devin Brahja Waldman, su sobrino, con quienes ha grabado cinco álbumes, el más reciente: Untethered.
Anne Waldman ha llevado su poesía en voz alta a las calles, también a festivales de literatura, mientras alterna la enseñanza en diversas partes del mundo. Su tiempo se divide entre la ciudad de Nueva York y sus estancias en Colora-do para impartir clases en la Escuela Incorpóreos Jack Kerouac en la Universidad de Naropa, centro de estudios que fundó en 1974 con el apoyo de Allen Ginsberg.
La Casa Universitaria del Libro de la Universidad Nacional Autónoma de México alojó el recital el jueves y dos días antes se presentó en la Casa del Poeta. La escritora regresa a México un año después de que hizo la programación del Festival de Poesía en Voz Alta, en la Casa del Lago Juan José Arreola de la UNAM, edición en la que participó la madrina del punk, Patti Smith.