Hasta el momento, La Jornada ha ubicado seis de los 33 cuadros pertenecientes a la Colección de pintura de la residencia oficial de Los Pinos, comisionados en 1993 por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

Cuatro están colgados en paredes de los diferentes inmuebles que comprenden el ahora Centro Cultural Los Pinos.

Se trata de los óleos México en la piel, de Beatriz Ezban (artista presente en un recorrido efectuado por este diario), ubicado en la biblioteca del segundo nivel de la Casa General Lázaro Cárdenas; Memorias, de Rafael Cauduro, en un salón de juntas de la planta baja de la Casa Venustiano Carranza; Los volcanes (1990), de Luis Nishizawa, en una sala de visitas de la planta baja de la Casa Miguel Alemán, y Arboleda X (1992), de Humberto Urbán, ubicado en un pasillo de la planta baja de la Casa General Lázaro Cárdenas.

Los óleos Sin título, de Juan Soriano, y La sangre de medusa, de Gustavo Aceves, no cuelgan en las paredes de Los Pinos, pero están en una relación elaborada el pasado septiembre por la Dirección General de Recursos Materiales y Servicios Generales de la Oficina de la Presidencia, que enlista ‘‘63 obras de arte que forman parte del activo fijo” de esa instancia.

En ese registro no aparecen las cuatro pinturas que al día de hoy permanecen colgadas en los muros de la ex residencia presidencial ni el cuadro Murciélago (1993), de Francisco Toledo.

Obras pagadas con recursos públicos

El pasado 13 de diciembre, La Jornada publicó que el pintor y activista Francisco Toledo, y los artistas Sergio Hernández e Irma Palacios solicitaron a la titular de la Secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto, conocer el paradero y el estado de su obra ante los anuncios de que la residencia de Los Pinos pasaría ‘‘a ser patrimonio cultural del país”.

Tampoco se han ubicado las obras de Enrique Canales, Miguel Castro Leñero, Alejandro Colunga, Rafael Coronel, Roberto Cortázar, José Luis Cuevas, José Chávez Morado, Manuel Felguérez, Julio Galán, Vicente Gandía, Gunther Gerzso, Lauro López, Luis López Loza, Rodolfo Morales, Sylvia Ordóñez, Vicente Rojo, Ignacio Salazar, Susana Sierra, Eduardo Tamariz, José Luis Romo, Cordelia Urueta, Ismael Vargas y Germán Venegas. Todas ellas son patrimonio de la nación, pues fueron pagadas con recursos públicos.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México emitió la noche del miércoles un comunicado conjunto con la Oficina de la Presidencia y la Secretaría de la Función Pública, luego de que este diario solicitó al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) conocer si en las bodegas de sus museos se encontraba el resto de la Colección de pintura de la residencia presidencial Los Pinos o si están en el Centro Nacional de Conservación y de Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam).

Los nuevos encargados no recibieron inventario

Las dependencias informaron que elaborarán un inventario de los bienes encontrados en Los Pinos, el cual fue recibido por la nueva administración pasada la media noche del primero de diciembre.

Fuentes consultadas por La Jornada indicaron que los nuevos encargados de Los Pinos no contaron con un inventario de lo entregado, mucho menos de las obras de arte.

No obstante, antes de la entrega, integrantes de los equipos de transición de la Oficina de la Presidencia y la Secretaría de Cultura efectuaron tres recorridos acompañados por notarios públicos en dos ocasiones, según el comunicado de ayer.

Afirman que, con la lista de lo que entonces encontraron y con lo que ahora hay, se está realizando un cotejo en el que ‘‘existe la posibilidad de que arroje ausencias u omisiones importantes que podrían remitirse a la Secretaría de la Función Pública y otras instancias para su investigación”.

También se informó en el comunicado que en Los Pinos había ‘‘obras Acervo INBA” que se encontraban en préstamo y que fueron devueltas entre junio y agosto: dos al museo Carrillo Gil, siete al de Arte Moderno, 11 al Nacional de Arte y seis al Cencropam.

En el boletín no se ofrecieron detalles acerca de los autores de las piezas devueltas.

La Dirección General de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial de México de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tampoco ha respondido a la petición que este diario formuló en días pasados respecto de las obras pertenecientes al programa Pago en Especie que, según se difundió, también fueron devueltas a esa dependencia después de exhibirse varios años o meses en Los Pinos.