Miércoles 26 de diciembre de 2018, p. 25
Ciudad del Vaticano. El papa Francisco dedicó su tradicional mensaje de Navidad a la fraternidad
entre los pueblos, deseando que impere la concordia en Venezuela y Nicaragua, que los refugiados sirios retornen a su país y que se ponga fin a la guerra y el hambre en Yemen.
Desde el balcón de la basílica de San Pedro, durante su tradicional mensaje navideño seguido de la bendición urbi et orbi (a la ciudad y al mundo), el Papa tuvo palabras para la difícil situación que atraviesan algunos países.
Que este tiempo de bendición permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población
, anheló el sumo pontífice.
Jorge Mario Bergoglio deseó también que los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y construir juntos el futuro del país
.
En su tradicional repaso general a los conflictos del planeta, el soberano pontífice llamó a la comunidad internacional a esforzarse firmemente
para que los refugiados sirios puedan vivir en paz en su país
y agregó: Pienso en Yemen, con la esperanza de que la tregua alcanzada pueda aliviar finalmente a tantos niños exhaustos por la guerra en este mundo
, expresó.
El Papa no olvidó a Tierra Santa en su mensaje, apelando de nuevo al diálogo. Que la Navidad haga posible que israelíes y palestinos retomen el diálogo y emprendan un camino de paz que pongan fin a un conflicto
que dura más de 70 años, declaró.
Igualmente, expresó su cercanía con las comunidades cristianas de la amada Ucrania
, en un momento de fuertes tensiones religiosas con Rusia.
Bergoglio llamó a los cristianos a renunciar a la codicia, la glotonería y el materialismo de la Navidad y mejor enfocarse en su mensaje de sencillez, caridad y amor, al celebrar la misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro.