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Disquero
Los mejores discos de 2018
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▲ Arriba, Chico Buarque (disco Caravanas) y Keith Jarrett (La Fenice); en el extremo derecho, Rodolfo Mederos (Troilo por Mederos) y, abajo, Paul McCartney (Egypt Station) y Ólafur Arnalds (Re: member), con Julia Drummon, músicos que protagonizaron este año la columna Disquero
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de diciembre de 2018, p. a12

Las listas de los mejores discos del año del The New Yorker, el New York Times, The Guardian, Independent y otros medios de prestigio, coinciden con La Jornada en varios títulos, entre los cuales podemos nombrar como el mejor disco de 2018 a Six Evolutions, del violonchelista y antropólogo franco-estadunidense de origen chino Yo-Yo Ma.

En lugar del clásico listado de los 10 mejores del año, proponemos los siguientes seis rubros a premiar: el acontecimiento discográfico del año, el descubrimiento, un disco novísimo, un autor que graba nuevo álbum y presenta ese material en México, lo mejor en América Latina y, por último, una nominación en prospectiva.

El acontecimiento discográfico del año:

Six Evolutions, la tercera grabación discográfica de las Seis Suites para Violonchelo Solo de Johann Sebastian Bach en manos de Yo-Yo Ma, se dispara del contexto por su profundidad de contenido al mismo tiempo por la ola expansiva como consecuencia del lanzamiento del disco, acompañado de una campaña monumental denominada The Bach Project y consiste en la interpretación, 36 veces, en 36 lugares públicos y para público masivo en distintos puntos del planeta; el mayúsculo de ellos ocurrió recientemente en el Holywood Bowl, ante 17 mil espectadores en silencio conmovedor frente al silencio y las sarabandas de Bach, según nos cuenta Alex Ross, la pluma musical de The New Yorker, quien coincide: se trata del acontecimiento discográfico de 2018.

El descubrimiento:

Esbjörn Svensson Trio. Un hallazgo del tamaño del océano, donde el joven compositor falleció prematuramente, a los 44 años de edad, durante una sesión de buceo, que era su manera de ejercer la meditación, reflejo de la cual es toda su música:

Escuchamos el concentrado canturreo cual monje tibetano de Ebsjörn junto al tintineo de las teclas de su piano, un zumbido de ballena en contrabajo acústico y salpicaduras de plata en batería, el todo flotando en medio del océano y de pronto, como en un sueño, el silbido de una tetera cuando el agua sale en forma de vapor de la misma manera comosale del lomo de la ballena.

El disco titulado 301 (por el nombre del estudio de grabación donde fue realizado) llegó a México este 2018 y fue el gran descubrimiento, hecho en casa gracias al manto del paraíso, a pesar de que su autor, Ebsjörn Svensson, falleció 10 años antes, el 14 de junio de 2008, luego de haber grabado una docena de álbumes con su trío y de ofrecer un concierto el 30 de mayo de ese año en la Sala Chaikovsky de Moscú, que resultaría póstumo, pues dos semanas después desapareció durante una de sus concentradas sesiones de buceo, en un archipiélago de Suecia, su país natal. En vano lo buscaron su entrenador, su hijo de 14 años de edad y sus amigos. Lohallaron finalmente flotando mar adentro. Su rostro apacible. Ya habíatrascendido. Hoy escuchamos su disco titulado 301, póstumo, y disfrutamos de su gran discografía, tan plena de sabiduría y en la línea de los formatos trío de Bill Evans y Keith Jarrett, sus maestros por elección.

La novedad:

Egypt Station, de Paul McCartney, una obra maestra: el disco va de menos a más: inicia en completo plan Beatles, continúa en completo plan Wings y su final es un gran clímax donde el blues es la materia del viaje. Nunca había hecho blues Paul McCartney de manera tan, la palabra adecuada es: cachonda.

El autor que graba álbum y presenta el material en vivo, en México:

Ólafur Arnalds, islandés, descubrimiento del Disquero en 2015, de quien hemos reseñado consecutivamente sus grabaciones, incluyendo la reciente, titulada Re: member, todo un tratado de magia, una descripción en música a través del inconcebible universo, mediante la invención de un software que le permite hacer música desde su piano y al mismo tiempo en otros dos pianos. De manera que en este su nuevo disco escuchamos tres pianos, además de percusiones, cuerdas, sintetizadores y una voz privilegiada, en pos de voz de mujer pero es de SOHN, artista británico.

El software que creó Ólafur se llama Stratus y sigue el procedimiento tradicional: sensores en su piano acústico llevan la señal analógica a una caja negra, un MIDI, donde Stratus procesa y produce dos canales de audio, con señales diferentes, hacia dos pianos cuyas teclas se activan solas.

Ólafur Arnalds se presentará en la Sala Blackberry de Ciudad de México el próximo 28 de enero. La expectativa, asombro y entusiasmo incluyen la duda: ¿escucharemos en vivo músicasemirrobótica?

Lo mejor en América Latina:

Este premio es ex aequo (no sé qué signifique eso, pero se escucha muy salomónico, jejeje): Chico Buarque y Rodolfo Mederos.

Caravanas, el disco que significó el retorno del maestro Chico Buarque, es una obra maestra: la bossa nova lo perfuma, el violão lo solivianta, el bolero lo acaricia, el vals sobre las baldosas de París lo contonean, la samba lo encandila. El experimentalismo lingüístico, la desnaturalización de la palabra, el poema código, el linaje literario y sintáctico de Chico Buarque son el buque insignia de este disco catedralicio: Caravanas.

Troilo por Mederos. En su huella, es la otra obra maestra latinoamericana que el Disquero honra y recomienda.

Troilo por Mederos, bandoneón por bandoneón. El bandoneonista y compositor Rodolfo Mederos (Buenos Aires, 1940) nos lleva, en 17 tracks de estedisco bellísimo, por la historia de la pasión, el baile, la humedad de Buenos Aires, las dos orillas del río de la Plata, el exilio.

Desde Buenos Aires, luego de leer a través de Internet la reseña de su disco en La Jornada, el maestro Rodolfo Mederos envió una carta al Disquero, de donde transcribo un fragmento porque el verdadero destinatario es en realidad usted, querida lectora, amable lector:

‘‘El camino que decidí siempre será no complacer con facilismos ni extravagancias, como llegar al corazón con sinceridad. A veces, cuando el público aplaude mucho, me pregunto: ¿en qué me habré equivocado?, ¿dónde caí en tentaciones exitistas?, ¿comprendes? Que alguien valore esto me hace sentir más fuerte. Muchas gracias.”

Y por último pero no lo último: una nominación en prospectiva:

Keith Jarret. La Fenice, recién salido del horno y continuidad de After the fall, que reseñamos hace apenas un mes. Si bien data de 2006, es el mejor de los discos que está en proceso de recuperar Keith Jarrett, tan exigente y escrupuloso a la hora de publicar.

Con ese disco recibiremos 2019, el próximo Disquero. ¡Feliz año nuevo a todos!

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