Monterrey, Nl., Te ofrecen 100 millones de dólares, le dijeron Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps a Napoleón Gómez Urrutia en su exilio en Canadá, hasta donde fueron a verlo en 2009. Él contestó: ¿A poco valgo tanto? El sindicato de mineros no está en venta y menos yo. Pero cuídense ustedes dos, porque se les puede voltear la suerte.

Napoleón Gómez Urrutia asegura que trae el sindicalismo en la sangre. Sentado en un restaurante, sonríe cuando confirma que cambió la suerte de sus compañeros líderes que intentaron sobornarlo por orden del ex presidente Felipe Calderón: la primera estuvo presa casi cinco años, mientras el segundo muy pronto puede ser detenido y enjuiciado. Si yo hubiera aceptado, habría significado una traición que en mi mente ni en mi corazón pasó. La traición la desprecio, es indignante, inmoral e indecente y es una vergüenza para ellos y sus familias.

En entrevista con La Jornada, el senador por Morena, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana y presidente de la nueva Confederación Internacional de Trabajadores (CIT) dice que él no correrá la suerte de sus compañeros: Ahí andan como las ratas los líderes que corrompieron, escondidos en la oscuridad y en las esquinas de las casas; no salen, tienen miedo. El valor más importante es la dignidad, y cuando uno la tiene, no permite los abusos ni los ataques.

–¿Qué garantía tienen los trabajadores con esta nueva confederación de que usted no se convierta en un Carlos Romero Deschamps?

–Mi compromiso, mi historia. He trabajado siempre de manera transparente, honesta, al servicio de los trabajadores. Los mineros lo pueden decir porque en los pasados 12 años, a pesar de toda esta persecución política, indecente, inmoral, que desataron los anteriores gobiernos de la República, junto a algunos de los políticos y empresarios más corruptos del país, los mineros obtuvieron los mayores incrementos salariales de todas las organizaciones sindicales del país.

–¿Usted negoció su regreso?

–Nunca. Yo quería, como sucedió, regresar con la frente en alto, dignamente, con la autoridad moral de haber resistido tantos años y luchado, gracias a la lealtad de todos los mineros, a la gran solidaridad internacional de muchas organizaciones sindicales del mundo y gracias al apoyo y al amor de mi esposa, hijos y familia. Quisieron acabar con el sindicato y conmigo.

–¿Quién estaba detrás de su exilio forzoso?

–El empresario que promovió mi persecución fue Germán Feliciano Larrea Mota-Velasco, de Grupo México, amafiado y asociado con Vicente Fox y Marta Sahagún. Luego se sumó Alberto Baillères González, de Grupo Peñoles, y luego Alonso Ancira Elizondo. Pero también participaron los hermanos Villarreal Guajardo, de Grupo Villacero.

–¿Y fue por los 55 millones de dólares que dicen que usted se robó?

–Montaron el caso utilizando la tragedia de Pasta de Conchos, en la que murieron 65 mineros. Yo acusé a la empresa de homicidio industrial y exigí la renuncia del secretario del Trabajo de ese momento, Francisco Javier Salazar, miembro de El Yunque, y luego viene Javier Lozano, otro patán a su servicio. Larrea siempre dijo que Lozano era su gato. Ellos detonaron esto y querían eliminarme como líder del sindicato y dividirlo. Fueron tontos y miopes, porque no lo lograron.

–¿Y los 55 millones de dólares por los que le acaban de interponer una nueva demanda?

–Era la deuda que tenía la empresa desde la privatización de Cananea Compañía Mexicana de Cobre; 5 por ciento de las acciones iban a ser para el sindicato, y hay una carta de agosto de 1990 que Larrea firma, donde dice a un juez de Hermosillo que ese 5 por ciento son del sindicato, no de los trabajadores, y que el sindicato puede disponer de ello. Éste repartió casi 23 millones de dólares en 2005 por un acto de generosidad. Pero eso ya se aclaró y quedó en el pasado, fueron acusaciones falsas. Fui declarado inocente, me exoneraron completamente y de forma definitiva.

–También lo acusan de haberse enriquecido y de tener el dinero en paraísos fiscales…

–Todo es un absurdo total, una mentira, quieren criminalizar la lucha social. A mí me investigaron desde que nací. Lo que dicen es basura.

Pasta de Conchos

Ante el 13 aniversario luctuoso de la tragedia de Pasta de Conchos, Gómez Urrutia asegura haber solicitado el rescate de los 63 mineros: Es una tragedia que nunca debió haber ocurrido y fue producto de la negligencia criminal e irresponsabilidad del Grupo México. Nosotros habíamos advertido sobre las condiciones de la mina, y reportaron 47 anomalías y no las corrigió.

▲ Napoleón Gómez Urrutia, senador y líder del sindicato minero.Foto Sanjuana Martínez

–Pero aquí tengo un acta que ustedes como sindicato firmaron diciendo que las condiciones de Pasta de Conchos estaban bien. ¿Por qué?

–La empresa invitaba a comer a los inspectores, estaban en complicidad con el delegado de la Secretaría del Trabajo y forzaban a los trabajadores a firmar las actas de los recorridos como de que todo estaba bien. Eso no es cierto, la realidad es que Grupo México es el culpable, no quiso invertir un millón de dólares; que no busquen pretextos.

–Cristina Auerbach Benavides, que dirige la Familia Pasta de Conchos, ha recopilado y exhibido sus contradicciones en esto...

–Esta señora se volvió una agente del Grupo México. Ella apareció después de la tragedia de Pasta de Conchos y le han venido dando cheques de 350 mil pesos mensuales y las viudas la exhibieron…

–Ella ha dicho que esos cheques que mostraron son falsos y lo ha demandado a usted por daño moral…

–Tiene más de 10 años cobrándolos y desde la Pastoral Laboral ha dividido a las viudas, porque hay dos o tres grupos. ¿Entonces se inventó el cheque el Grupo México? Ella se volvió la crítica más dura y utilizó a la gente de corrupción y división y de confusión de las viudas. También trabaja para Ancira, porque en la explosión de La Encantada ella llegaba para que se metieran a trabajar diciendo que la mina es segura.

–Ella es activista, defensora de derechos humanos y de los mineros…

–Ella va exponiendo la vida de los trabajadores, es inmoral, hay grabaciones y tenemos todo. Si eso lo niega, qué cinismo, eso no se vale.

–Pero a usted muchas viudas no lo quieren y a ella sí…

–Son las que andan con ella. Obviamente, porque las ha venido subsidiando a algunas de ellas, desafortunadamente.

–No se ve mucho dinero como usted dice, al contrario: viven con dificultades las viudas y las mamás…

–Les dan mil 800 pesos mensuales, no necesita ser una ayuda millonaria. Es una inmoralidad esto que han hecho y es responsabilidad del Grupo México. Todo lo hicieron para que no vinieran 65 denuncias penales en contra de la empresa y ahí los dejaron a que se fuera desapareciendo la noticia.

–¿Cuál es el plan para recuperar esos cuerpos?

–Hay condiciones para rescatarlos, pero no quieren. Y quieren volver a explotar el carbón con los muertos abajo. (Eso) no tiene nombre. Estamos buscando tres cosas: el rescate de los cuerpos, una indemnización digna y justa, que se reabra la investigación de las causas de esa tragedia y se sancione a los culpables. Vamos a seguir buscando justicia”.

¿El ejército de Morena?

Gómez Urrutia asegura que varios sindicatos y trabajadores lo buscaron para crear una nueva confederación laboral: “Se acercaron para decirme que ya no podía seguir la política sindical tradicional, y menos en este momento. Es una gran confederación que puede unificar a diferentes sectores: industria de la transformación de todo tipo, automotriz, manufacturera. Esto viene de abajo, de los trabajadores, de los líderes de estos grupos de sindicatos. Y me propusieron para ser presidente.

–¿Y en su confederación será diferente?

–Queremos renovar al movimiento obrero, pero de manera transparente, clara. No venimos a destruir organizaciones con esta confederación, no venimos a robarle o quitarle membresía a los trabajadores, lo que queremos es que libremente se expresen. El cambio ya comenzó.

–¿Y ese cambio implica el fin de la corrupción sindical?

–Esa es una de las promesas: la corrupción sindical, la sumisión y el entreguismo de los líderes hacia la clase empresarial y hacia los gobiernos. Queremos terminar con eso.

–Con esta confederación lo acusan de estar formando el ejército de trabajadores para Morena…

–Me han acusado de tantas cosas, que ésta es una más. Y lo quiero dejar muy claro: no somos una agencia ni del gobierno ni de Morena. No es una confederación que surgió de arriba hacia abajo, sino al contrario, de abajo hacia arriba de todos estos grupos inconformes, reprimidos y abandonados. No es cierto lo que dicen. Son expresiones producto de la ignorancia, de la mala fe o de la perversidad de algunos cuantos.