Considerado como un trastorno delirante irreversible y multifactorial, la celotipia, que hace pensar al paciente que su pareja es infiel, afecta más a hombres que a mujeres después de los 30 años, señaló Alfredo Whaley, coordinador de la Clínica de Género y Sexualidad del Instituto Nacional de Siquiatría Dr. Ramón de la Fuente Muñiz.

Agregó que a diferencia de los celos –un sentimiento común y frecuente– la celotipia o celos patológicos tiene un impacto social y laboral ya que se dejan de realizar las actividades cotidianas por vigilar a la pareja ante el temor mórbido de un engaño.

Whaley Sánchez explicó que esta enfermedad forma parte del grupo que se conocía como el de las paranoias y ahora se denomina trastornos delirantes.

Describió que los celos patológicos provocan violencia física, agresión verbal, hostigamiento y una conducta extrema en la que se utilizan formas de control como llamar a la pareja de 10 a 20 veces en una hora con el pretexto de estar preocupados, recriminarle cuando no contesta el teléfono y hasta ir a diario por la pareja a su trabajo, por ejemplo, sin importar la hora o distancia.

El especialista en salud mental indicó que los celotípicos justifican esas acciones asegurando que protegen a su pareja, sin embargo, sostuvo que más que tratarse de una acción protectora, están limitando y controlando la vida del otro.

El alcohol agrava la condición

Afecta también a quienes han tenido antecedentes de consumo descontrolado de alcohol, pues se trata de una de las secuelas que deja esta adicción y se conoce como celotipia alcohólica.

Muchas personas con problemas de alcoholismo tienen celos patológicos.

Quienes están diagnosticados con esta enfermedad deben tener un control con medicamentos antisicóticos y neurolépticos, que son muy eficaces para reducir las ideas negativas y ayudan a que puedan vivir su vida de manera casi normal.

No obstante, cuando suspenden el tratamiento se agudiza el padecimiento. En el caso de trastorno paranoide, el enfermo debe ser tratado con sicoterapia cognitiva conductual de pareja que puede mejorar la capacidad para confiar en el otro, no sentirse engañando y evitar la distorsión cognitiva.