El curador Willy Kautz asumirá la dirección del Proyecto Siqueiros, integrado por La Tallera y la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), en sustitución de Taiyana Pimentel, quien reconoció que la transición ha sido ‘‘muy sana”.

La especialista en arte contemporáneo realizó un balance de su gestión y los pendientes tras una década en el encargo; destacó que logró 80 por ciento del programa que se planteó en el binomio museístico Proyecto Siqueiros, y que La Tallera está renovada y se ha consolidado a escala internacional.

La Tallera, ubicada en Cuernavaca, tiene su escuela de arte ‘‘muy sólida e importante para las nuevas plumas del país y va a continuar; este año trabajará el tema de las mujeres que han escrito sobre feminismo”, dijo Pimentel.

El espacio está en buenas condiciones; sus murales fueron restaurados después del terremoto; sin embargo, requiere mantenimiento profundo cada tres años por el clima subtropical de Cuernavaca.

‘‘Hemos hecho una transición muy sana con el director entrante, Willy Kautz. Él está comprometido a hacer todo el programa de exhibiciones para 2019.”

Taiyana Pimentel dijo que quedan dos pendientes en el proyecto: los muebles de las bodegas de obra y la catalogación del archivo. El mobiliario no se consiguió porque se produce en Canadá y su valor ronda el medio millón de dólares. Añadió que con la adquisición de nuevas obras de gran formato se tendrá que replantear el tipo de mobiliario necesario.

A Kautz, ex curador en jefe del Museo Tamayo, ‘‘le va a tocar revisar esta información con las empresas especializadas para que le digan qué tipo de muebles se van a necesitar”.

El INBAL está involucrado con el proyecto

En torno al archivo, Taiyana Pimentel sostuvo que si bien está digitalizado y catalogado por temas, falta detallar el conjunto documento a documento. ‘‘Es un proyecto muy costoso, pero pienso que la catalogación se puede hacer, es cuestión de que se pidan algunas becas y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) aporte recursos”.

En cuanto a la SAPS, explicó que hay que darle mantenimiento cada año pues el sitio no fue construido para ser un museo. En 2018 se retiró una capa de un mural que alberga por problemas con la humedad. Se le añadirá una base a la pieza para separarla del muro y no si-ga siendo afectada.

La funcionaria refirió que la continuidad de los programas del binomio es muy probable, ya que se reunió con Lucina Jiménez, directora del INBAL, quien ‘‘está muy comprometida con el proyecto. No veo por qué tendrían que desaparecer, salvo que ocurra un recorte masivo al sector cultural”.

La todavía directora de la iniciativa Siqueiros informó que su proyecto de presupuesto es igual al del año pasado, poco más de 12 millones de pesos; para los trabajadores del capítulo 3000 se destinan 5 millones de pesos, ya que en ambos museos sólo hay tres plazas de carácter permanente.

Pimentel sostuvo que ‘‘los mejores momentos de la Sala de Arte Público Siqueiros y de La Tallera han sido cuando han estado juntas. La vez que osaron separarlas se perdió el recinto en Cuernavaca. Creo que Lucina Jiménez entendió esto, que es importante que los dos museos sigan juntos porque uno da visibilidad al otro y viceversa”.