Mazatlán, Sin., Sinaloa no sólo tiene literatura sobre violencia y narcotráfico, sino que hay nuevas generaciones que están creando nuevas historias, como la del libro El sueño de Paloma Sanlúcar, de Ernestina Yépiz, que aborda el tema una mujer andaluza que llegó con otros personajes para unirse al viejo sueño de crear la colonia socialista de Topolobampo, fundada por Albert K Owen en 1886.

La poeta Ernestina Yépiz (Los Mochis, Sinaloa) presentó su primera novela en la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Sinaloa (Feliuas); la autora tiene otras publicaciones como Delirios de Eva, La penumbra del paisaje, Los conjuros del cuerpo y El café de la calle Mulberry, además de cuentos y ensayos literarios.

La escritora considera que esta novela de intriga, narrada en primera persona, es una propuesta diferente, donde se podrá encontrar una multiplicidad de relatos, pero sobre todo gusto por el lenguaje provocador que dice algo y que alcanza a tocar al lector para que disfrute lo que lee.

Con más libros publicados de poesía, Ernestina Yépiz cree que la prosa de este libro tiene elementos que la acercan a ese género y recuerda a Octavio Paz, cuando dijo que somos seres hechos de palabra y que el lenguaje poético es el que más dice y el que más desafía. Y cuando éste se encuentra en una novela, tiene un atractivo para el lector, porque no sólo es la historia, la trama, los personajes.

Para la maestra en literatura Iberoamericana por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el lenguaje tiene que tener significado. Cada palabra, cada línea en las páginas del libro de El sueño de Paloma Sanlúcar siempre dicen algo, pues hay un encuentro amoroso entre la escritura que provoca pasión.

La narradora y poeta dice que esta novela es una nueva propuesta literaria, con elementos de la realidad, sin que llegue a ser una novela histórica.

“Hasta parece que no es sinaloense –ríe–, pues no encaja con lo que se percibe del estado, los temas de violencia. Se está formando una nueva generación de escritores, que no se construyen de la noche a la mañana, con muchas expresiones literarias.”

Quien estuvo encargada de la dirección editorial del Instituto Sinaloense de la Cultura durante el gobierno de Mario López Valdez reconoce que una de las grandes escritoras es Inés Arredondo, una de las pocas que han marcado la literatura en Sinaloa, pero hay muchos más mujeres y hombres que están haciendo literatura buscándose los espacios para publicar, pues no es fácil lograrlo.

La escritora e investigadora mexicana Ana Clavel señala en la contraportada de la novela de Ernestina Yépiz está dotada de una prosa reflexiva y sugerente. La pluma de esta autora creada por otra escritora, en la que a su vez resuenan ecos de una tradición demencial y lúcida que van de Virginia Woolf a Elena Garro, nos sitúa ante una paradoja hechizante de la identidad detrás de nuestros actos y de la escritura misma.