Domingo 26 de mayo de 2019, p. 5
Con una ceremonia cívica en la Rotonda de las Personas Ilustres, donde reposan sus restos, este viernes 24 de mayo se conmemoró el centenario luctuoso del poeta mexicano Amado Nervo (1870-1919), fecha exacta de la efeméride.
El acto, organizado por el gobierno de la Ciudad de México, en colaboración con el de Nayarit, su estado natal, consistió en un programa en el que prevalecieron la música y la poesía, dos de sus más grandes pasiones. También se escenificó la obra Amado Nervo, 100 años después, de Queta Navagómez.
La Banda de Música de la Secretaría de Marina interpretó piezas como El novillo despuntado, de Imelda Higuera, y Mi lindo Nayarit, de Víctor Gallegos, mientras promotores de lectura de la Secretaría de Cultura capitalina leyeron algunos de sus poemas, entre ellos El beso, Perlas negras y Perlas negras 12.
A las 9:30 horas de la mañana, hora exacta en la que Amado Nervo falleció a los 49 años de edad en la ciudad de Montevideo, Uruguay, los asistentes a la ceremonia guardaron un minuto de silencio.
En la parte de los discursos, la representante del gobierno del estado de Nayarit en la Ciudad de México, Mayela Godínez Alarcón, citó lo dicho por Juan Villoro acerca de que no ha existido un funeral tan grande en la historia como el de Amado Nervo, con duración de casi medio año.
Recordó que el deceso del bardo –uno de los mayores exponentes del modernismo y de la literatura hispanoamericana del siglo XX–ocurrió a sólo ocho días de haber llegado a la capital uruguaya y que el día que se le inhumó allí de forma provisional fue decretado duelo nacional con la bandera a media asta y se le tributaron honores militares.
El gobierno sudamericano dispuso que los restos de Amado Nervo fueran transportados a México en el crucero Uruguay, acompañados por una guardia conformada por 33 cadetes. En su regreso por mar se hicieron diversas paradas para que se le tributaran homenajes de Argentina, Venezuela, Brasil y Cuba
, mencionó la funcionaria.
Después de casi seis meses, sus restos arribaron a México y fueron inhumados en la Rotonda de las Personas Ilustres el 14 de noviembre de 1919.
En nombre del gobierno capitalino, habló el arquitecto y poeta Pedro Sosa Álvarez, director del Instituto de Vivienda de la ciudad, quien hizo una semblanza biográfica del homenajeado.
Sostuvo que Nervo pertenece a Nayarit, su casa; a la casa mexicana y Latinoamérica, donde se preserva la identidad, la cultura y la unidad en la diferencia: Me atrevo a decir que para México significa una de las construcciones más importantes del sentimiento, de la mexicanidad, la raza de bronce, como se titula un poema suyo
.
El acto contó con la presencia de José Alfonso Suárez del Real, secretario de Cultura de la capital; Aníbal Cabral, embajador de Uruguay; Víctor Hugo Romo de Vivar, alcalde en Miguel Hidalgo, y representantes de los congresos local y federal.