Con el condicionamiento que existía en el programa Prospera –que desapareció en la actual administración– para que las mujeres fueran a los centros de salud y a cambio recibir el subsidio, también se les obligaba a realizar limpieza o les quitaban les quitaban dinero que para ellas era significativo, lo cual iba de 10 a 80 pesos por persona, de acuerdo con testimonios.

Tan sólo en Huilacapixtla, localidad de Huauchinango, Puebla, en una carta firmada por decenas de mujeres en febrero pasado, señalaron que en la unidad de salud a cada titular del programa el médico encargado, José Armando Ruiz Martínez, les pedía 80 pesos a cambio de la firma en su carnet para constatar su asistencia a las pláticas y las consultas.

En ella se menciona que en muchas ocasiones no se entregó el apoyo del programa porque se les puso inasistencia, a pesar de que sí acudieron, debido a que no cooperaron con el dinero. En esa misiva se menciona que el médico argumentaba que esos recursos eran para los gastos de la clínica y el pago del intendente, pero no es voluntario, ya que sí han sido afectadas las titulares al recibir sus apoyos.

Las titulares acordaron no volver a cooperar, ya que fueron informadas de que los apoyos ya no están condicionados a la asistencia a las clínicas, por lo que no debían dar cooperaciones ni otro tipo de acciones. Exigieron buena atención en la clínica, ya que es nuestro derecho.

En videos con entrevistas a las beneficiarias del programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez, que sustituyó a Prospera, se menciona que en algunas colonias de Acapulco, Guerrero, son citadas en una casa para la entrega correspondiente a enero y febrero –cuyo monto máximo bimestral podía ascender a mil 800 pesos–. Por cada firma tendrían que pagar de 10 a 20 pesos a pesar de que el esquema de las firmas de atención a salud se canceló en la actual administración.

Una mujer relató la forma en que aún los primeros meses del año el médico del centro de salud de Huilacapixtla les obligaba a dar una cooperación para ser atendidas en las consultas y se les advertía que si no cooperaban, no serían atendidas. Explicó que el médico argumentó que si no daban el apoyo sacaría una mesita para atendernos en la calle, para no ensuciar adentro.