Con una matrícula de 16 mil alumnos, las 11 universidades interculturales recibimos un presupuesto ínfimo que no permite el crecimiento de la cobertura, afirmó Alibert Sánchez Jiménez, rector de la Universidad Intercultural del estado de Puebla y presidente de la Asociación Nacional de Universidades Interculturales.

En entrevista con La Jornada destacó que el gasto por alumno, que asciende a 20 mil pesos, está entre los más bajos del país, cuando la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene una inversión cercana a los 80 mil pesos por estudiante.

Muchas carreras se están quedando sin recibir jóvenes porque no hay recursos, aunque en las comunidades sí se demanda una educación superior con pertinencia social y cultural, aseguró. Actualmente operan en México las universidades interculturales de Chiapas, Guerrero, Puebla, estado de México, Tabasco, San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Maya de Quintana Roo, las autónomas indígenas de Sinaloa y Michoacán.

A escala nacional, dijo, el proyecto de las universidades interculturales es exitoso, porque las comunidades lo han ido arropando, pero la parte difícil sigue siendo el presupuesto, pues durante cinco años tuvimos un incremento de cero por ciento a los recursos para los subsistemas, y si se aplica el impacto de la inflación, pues en realidad tuvimos un decremento. Con la actual administración federal los fondos públicos se incrementaron en 3.8 por ciento para todo el subsistema, pero es insuficiente.

Al respecto, alumnos de universidades interculturales señalaron que las desventajas presupuestales que enfrentan sus casas de estudio no son el único obstáculo. Magdalena, estudiante del cuarto semestre de la licenciatura en Lengua y Cultura, señala: “primero te tienes que ganar la confianza de la familia. Cuando vine algunos decían ‘no va a poder, que a qué iba si seguro no podría, que yo me iba porque quería salir embarazada y casarme, son cosas que se dicen porque a los mujeres no se nos da esa oportunidad. Solamente los hombres son los que pueden, pero agradezco mucho a mis padres, porque ellos sí me apoyaron”

Vengo de una comunidad totonaca que es muy pequeña y donde hay mucha escasez de recursos, pero es un honor para mí decir que soy la primera universitaria de mi comunidad y de mi familia, porque estar en la universidad y echarle ganas representa tener las herramientas para apoyar a mi pueblo, afirma.

Pese a la falta de recursos presupuestales, agregó Sánchez Jiménez, la demanda de espacios en universidades interculturales sigue creciendo, en estos años, sin incremento de fondos públicos, tuvimos que atender a 17 por ciento más de alumnos, es decir, bajó el presupuesto, pero subió la matrícula, por lo que se trata de un subsistema que es necesario, pero al que no se le apoya para su crecimiento y consolidación.