En entrevista con La Jornada, Emma Yanes anuncia que se podrán comprar artesanías mediante un crédito Fonacot o vales de despensa // ‘‘Buscamos posicionar mejor a los artesanos como lo que son: creadores plásticos, y abrirles posibilidades de desarrollo’’
Jueves 13 de junio de 2019, p. 4
¿Quiere usted comprar en una tienda del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) un huipil de telar de cintura, pieza única, y no le alcanza para pagar su precio de 18 mil pesos? No se preocupe, muy pronto podrá adquirirlo en abonos, gracias a un crédito Fonacot o pagarlo con su tarjeta de vales de despensa.
Con la implementación de esos mecanismos, la directora del fondo, Emma Yanes Rizo, tratará de resolver el ‘‘problema complejo”de las elevadas cotizaciones que tienen las artesanías ofrecidas en esas tiendas, explica en entrevista con La Jornada.
Pasar de la Secretaría de Bienestar a Cultura federal
A 45 años de su creación, el Fonart ha pasado a ser parte de la estructura administrativa de la Secretaría de Cultura federal, ya no de la de Bienestar (antes Secretaría de Desarrollo Social).
‘‘Fue un error que el fondo estuviera sectorizado a la Secretaría de Bienestar porque limitaba la labor artesanal e incluso la concepción de la artesanía al ubicarla por debajo del índice de bienestar, como diciendo: ‘si eres artesano, tienes que ser pobre para que haya apoyos’”, considera Yanes.
Opina que la anterior política administrativa ‘‘descartaba el trabajo de mucha gente y menospreciaba las zonas de alta marginación cuya riqueza está, precisamente, en la producción artesanal.
‘‘Sin embargo, se consolidaron proyectos importantes con un espectro amplio de artesanos; me refiero a apoyos a la producción, a la capacitación y a otros programas.”
Con la incorporación a la Secretaría de Cultura lo que se busca es ‘‘posicionar mejor a los artesanos como lo que son: creadores plásticos, y abrirles posibilidades de desarrollo sin que se deje de atender a los demás sectores artesanales que están por debajo de la línea de bienestar”, reitera.
Emma Yanes insiste en que ahora sí se va a fortalecer el sector artesanal mediante la capacitación, ‘‘sobre todo a aquellos que no hayan logrado consolidar una producción artística sólida”; la idea es que las artesanías sean, más que una mercancía, un producto artístico
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La directora del Fonart también piensa que se trata de ‘‘una idea equivocada” la percepción que muchas personas tienen de las tiendas Fonart respecto de que se explota al artesano y venden carísimo las piezas.
‘‘No es así. En Fonart buscamos pagar un precio justo al artesano; las piezas aumentan de precio por nuestro costo de operación, que es de alrededor de 40 por ciento.
‘‘Las clases medias llegamos a la tienda y decimos ‘está muy caro’, con base en los salarios de la clase media, que somos la mayoría del país. ¿Cómo resolver esto? Es el meollo.
‘‘Una opción es con Fonacot, que da créditos con intereses bajos a los empleados federales, de manera que a través de ello tú puedas acceder como clase media o empleado federal a un sistema crediticio que te permita comprar, por ejemplo, una maravilla de textil de nuestra expositora Carmen Vázquez Hernández, cuyos precios pueden oscilar entre 2 mil y 18 mil pesos. Si lo quieres y no te da porque es casi una quincena, mediante ese mecanismo probablemente podamos ir resolviendo este problema complejo y también incluir el sistema de tarjetas como el Sí Vale.
‘‘Son asuntos en los que estamos empezando a trabajar, para que haya un comercio justo para el artesano, pero también que sean objetos artesanales sustentables y los puedan adquirir quienes tanto los queremos. Hay oferta y hay demanda, pero entre una cosa y otra todavía hay un ganchito que no acabamos de lograr.”
Compra directa en las comunidades
El Fonart, detalla Emma Yanes, recibe muy poca mercancía a consignación, apenas 10 por ciento de lo que se ofrece en tiendas. Su método de adquisición de artesanías es ir a las comunidades y comprar directamente.
‘‘Son las propias ‘contralorías sociales’ de los artesanos las que establecen el precio. No hay regateo del Fonart. Se les da el cheque a cambio y luego Fonart aumenta 40 por ciento de comisión mínima para cubrir costos de operación, gasolina, luz, empleados, renta.
‘‘Cuando el artesano llega directamente a vender a la tienda es un proceso muy complejo porque nada nos puede garantizar que en realidad sea el artesano y no un intermediario. Lo que entra a consignación tiene otro precio, se baja hasta 70 por ciento. Nuestra idea es bajar la consignación e incrementar el sistema de contraloría social.”
Otra de las ideas que impulsará el Fonart es que las dependencias públicas adquieran artesanías para utilizar en sus oficinas, desde tapetes hasta vasos y jarras.
También reabrirán las tiendas del fondo de avenida Juárez y se instalará otra en el Antiguo Palacio del Arzobispado, así como la apertura de la de Matamoros, Tamaulipas, que además de estar ubicada en un edificio construido por el arquitecto Mario Pani, se encuentra a 250 metros de la frontera con Estados Unidos. Esos espacios serán no sólo de venta, sino de exhibición de las obras de maestros artesanos.