Una persona podría ingerir cinco gramos de plástico cada semana, en promedio, alrededor de 2 mil pequeñas piezas, y el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Al año podrían ser unos 250 gramos, advierte el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y expertos de la Universidad de Newcastle, Australia, que realizaron el estudio Naturaleza sin plástico: evaluación de la ingestión humana de plásticos.

La institución académica concluyó esto a partir de la combinación de información de unos 50 estudios sobre la ingestión de plásticos de la gente y destaca que los resultados son un avance para comprender el impacto de esta contaminación, además de que confirma la necesidad de abordar un sistema de gestión de este material con la finalidad de no contaminar los ecosistemas.

Aun con las limitaciones de este campo de investigación, aún en evolución, los resultados iniciales mostraron que la fuente más grande de ingestión de plástico en el mundo es el agua, tanto embotellada como del grifo. En Estados Unidos o India se duplica la cantidad de plástico en el agua en comparación con Europa o Indonesia, indica.

En mariscos, mayor consumo

De los productos consumibles estudiados, aquellos con mayor registro de niveles de plástico son los mariscos, cerveza y sal. Los resultados del informe demuestran que el problema de la contaminación por este material es universal y afecta directamente al ser humano; su filtración en el medio ambiente y la cadena alimenticia ha tenido hasta ahora una respuesta global inadecuada por parte de los gobiernos.

Se invita a los gobiernos a tomar medidas y desempeñar un rol clave para garantizar que, toda la cadena, desde los fabricantes hasta los consumidores, sean responsables pongan fin a la contaminación por plástico, señala WWF.

Plantea que se busca impulsar un tratado legalmente vinculante sobre esta contaminación en el mar para establecer objetivos nacionales y mecanismos de información transparentes que se extiendan a las empresas. Adicionalmente, busca proporcionar apoyo financiero y técnico a los países de bajos ingresos para ampliar su capacidad de gestión de residuos.

La contaminación por plástico es una gran amenaza para la vida silvestre, no sólo a través de la ingestión de microplásticos, sino también a través del enmallamiento; se han documentando unas 270 especies que han quedado enredadas en este material, y la destrucción de sus hábitats. La contaminación por plástico también genera consecuencias económicas perjudiciales y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima su impacto anual sobre la economía marina en 8 mil millones de dólares.

Refiere que alrededor de 8 millones de toneladas de plásticos terminan cada año en el mar, además de otros 104 millones de toneladas que están en riesgo de entrar a los ecosistemas para 2030 si el enfoque en su uso no cambia drásticamente.