El fotógrafo Sebastiao Salgado fue distinguido con el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes de 2019, dio a conocer ayer en Berlín la asociación que representa al sector.

Ha hecho que ‘‘la tierra profanada sea tan visible como su frágil belleza”, se elogió al artista brasileño.

De belleza y honestidad conmovedora, sus imágenes en blanco y negro han retratado a los desposeídos del mundo desde los trabajadores y esclavos del siglo XX, las víctimas de hambruna y sequía hasta los desplazados en el mundo.

Ha plasmado en alto contraste lo mismo la espalda encorvada de un trabajador de las minas, que la columna vertebral de una montaña dibujada por ríos, así como elefantes salvajes corriendo por la selva, la mirada de infantes de todos los tonos de piel o la desnudez coronada de flores de mujeres en el Amazonas.

Salgado es un artista que ‘‘exige justicia social y paz mediante sus fotografías y da urgencia al debate mundial sobre la protección de la naturaleza y el clima”, sustentó la Asociación de Libreros Alemanes en un comunicado.

Entrega en la jornada final de la Feria de Fráncfort

El prestigioso galardón, que se otorga por primera vez a un fotógrafo, será entregado el 20 de octubre, el último día de la Feria del Libro de Fráncfort. Dotado con 25 mil euros (28 mil dólares), se reconoce la labor de personajes que desde su quehacer han contribuido a la idea de la paz en áreas como la literatura, la ciencia y el arte.

‘‘A través de su trabajo fotográfico, que ha sido publicado en numerosas exposiciones y libros, se centra en las personas desarraigadas por guerras o catástrofes climáticas como en las que tradicionalmente han estado arraigadas en su entorno natural”, refiere el comunicado.

‘‘De esta manera, Sebastiao Salgado logra sensibilizar a las personas de todo el mundo sobre el destino de los trabajadores y migrantes y sobre las condiciones de vida de los pueblos indígenas.”

Se formó como economista. Pero en 1970, a los 26 años, la cámara le hizo sentir que la vida cobraba sentido. Fue a través de la lente que comenzó a relacionarse con el mundo, en una dura monocromía.

Sebastiao Salgado nació en Brasil el 8 de febrero de 1944, en Aimorés, Minas Gerais. Por su activismo contra la dictadura militar en Brasil debió emigrar a París en 1969. En los años 70 del siglo pasado trabajó en África en iniciativas de ayuda para el desarrollo. Fue en 1973 cuando abandonó su carrera para dedicarse por completo a la fotografía.

Una arqueología de la era industrial es la que captó Salgado con su serie Workers (Trabajadores) en 1993, en la que documentó a los obreros de todo el mundo, ennegrecidos en las faenas, en campos petroleros o en minas de carbón. Un tributo a la condición humana al mirar a los más abandonados por la modernidad.

Éxodos y las grandes pestes de la era contemporánea

En 2000 apareció Éxodos, donde mostró la emigración masiva provocada por las grandes pestes de la era contemporánea como son las hambrunas, los desastres naturales, la devastación del medio ambiente y la presión demográfica.

‘‘Es un hombre profundamente comprometido con la devastadora situación socioeconómica en la que, a menudo, se ven afectados los seres humanos”, describe la editorial Taschen con motivo del trabajo más reciente de Salgado, Génesis, en el que retrata la sobrecogedora belleza de la naturaleza, animales y pueblos indígenas en una expedición que le ha tomado ocho años para visitar montañas, desiertos y océanos ‘‘que han eludido la impronta de la sociedad moderna”.

Su labor ha quedado fija en una decena de libros, un sinfín de exposiciones que recorren el mundo e incluso en La sal de la Tierra, documental de 2014 dirigido por su hijo Juliano Ribeiro y el cineasta alemán Wim Wenders sobre su trayectoria profesional.

(Con información de Dpa)