El flujo migratorio desde Centroamérica está convirtiendo a México en país de destino, tendencia que va en crecimiento, ya que muchos de los indocumentados cumplen con los requisitos de refugiados, indica un documento emitido por el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana (Uia) .

Ante este fenómeno, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) mantiene acercamientos con obispos de Centroamérica y Estados Unidos para dar seguimiento al fenómeno.

De acuerdo con el análisis elaborado por el PDH Ibero, gran parte de los migrantes han dejado sus hogares “principalmente porque su vida, seguridad o integridad están en riesgo.

Frente a esto, es fundamental que el Poder Ejecutivo dé mayor preponderancia a la labor de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), ya que es un órgano de protección y no puede quedar al margen de las medidas recién tomadas en relación con la migración, indica el documento emitido en el contexto del Día Mundial de los Refugiados, que se conmemora hoy.

Por su parte, el secretario general del CEN, Alfonso Miranda Guardiola, indicó que en este contexto, la Iglesia trabaja en el tema de ayuda humanitaria y analiza los apoyos en las casa de migrantes para identificar que no estén siendo violentados, (y) si México tiene capacidad para defender sus derechos humanos, acogerlos en los albergues y cómo se va a tratar el tema ahora de la contención en el sur.