La propuesta de reforma político-electoral promovida por Morena en el Congreso despertó la re-acción negativa del bloque opositor PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD, que concurrió en la Cámara de Diputados para defender el actual sistema de partidos, sus prerrogativas multimillonarias, y la representación proporcional que les garantiza posiciones legislativas a pesar de haber perdido el registro.

La respuesta de Morena, en voz de Pablo Gómez –uno de los proponentes de la reforma– consistió en reclamar realismo: “El dictado ciudadano hay que expresarlo con cambios profundos… lleguemos a un acuerdo de civilidad, sin simulaciones”, lanzó.

Los dirigentes de los partidos PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD, Marko Cortés, Claudia Ruiz Massieu, Clemente Castañeda y Camerino Márquez, respectivamente, acudieron invitados a San Lázaro a exponer sus posiciones sobre la propuesta de reforma político-electoral, fundada en la austeridad promovida por el actual régimen.

Los argumentos del debate se circunscribieron a la defensa de los privilegios que les aporta a los partidos ser considerados instituciones de interés público, arguyó el panista Marko Cortés.

El dirigente de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, añadió otro dardo al catálogo de críticas al partido en el gobierno: Morena estará recibiendo en 2019, mil 500 millones de pesos de prerrogativas, cuando ganó la elección federal con 400 millones.

Los dineros y las posiciones que generan en el gobierno se combinaron con la defensa a ultranza de la democracia mexicana.

Buscan su equilibrio

El panista Cortés propuso que el Congreso congele la elección de cuatro consejeros electorales que faltan en el INE y deje sólo siete. Detrás de esa propuesta prevalece el interés de mantener las cuotas que los partidos interesados (PAN, PRI y PRD) han conformado en el órgano electoral durante los últimos años.

La respuesta de Pablo Gómez trató de acallar esas voces que en tono de angustia proclaman la involución al autoritarismo que contiene la reforma propuesta desde Morena.

La austeridad electoral no es abaratar, sino acabar con el derroche, los privilegios de los poderosos. La representación proporcional no se va a eliminar. Morena no ha planteado semejante cosa, quizá sí con la propuesta de (José) Woldenberg que es mitad y mitad, que es la respetable de las que yo he escuchado. Así es en la revocación de mandato. El que pone puede quitar, el que elige puede decidir. No estamos queriendo tumbar la democracia sino reivindicar la democracia participativa. No caigamos en frases huecas, con la democracia plebiscitaria se le quiere decir al pueblo cómo tomar decisiones. Me causa escozor que no se elijan los otros cuatro consejeros electorales, no pretendan que sólo los suyos queden en el consejo general. No deseamos eso, no tenemos a nadie en el consejo general, no tenemos compromisos.